La peor noticia se confirmó este martes, pese a que los
investigadores tenían la esperanza de que ella estuviera refugiada en algún
lado. La Policía Bonaerense, con el trabajo de los investigadores de la DDI en
la zona desde ayer, encontraron un cuerpo al costado de un lago en Necochea en
el marco de la búsqueda de Débora Bulacio del Valle (39), de quien nada se
sabía desde el sábado. Luego, fuentes del caso confirmaron a Infobae que el
cadáver es el de la mujer buscada.
“El cuerpo fue hallado en la zona lindera al Lago de los
Cisnes sobre la arena enterrada”, precisaron las fuentes del caso a este medio,
y sintetizaron: “Es terrible”.
El lugar donde se encontraron los restos enterrados de
Débora está a metros del acceso al camping Miguel Lillo donde se la vio por
última vez con vida el sábado y donde este martes esperaban noticias dos
hermanas y una tía de la víctima, que era mamá de tres hijos. Queda entre la
zona comprendida entre la avenida 2 y la calle 72, ubicada a metros del mar.
La pareja de la víctima está detenida desde el lunes en una
causa que se investigaba inicialmente como un femicidio y que lleva adelante el
fiscal Walter Pierretégui, de la UFI de Género de Necochea, y la jueza
Garantías Aida Ihuez.
Débora y el hombre que ahora está preso por el femicidio, y
que se había negado a declarar ante el fiscal del caso, habían llegado a
Necochea desde la localidad bonaerense de Villa Cacique para descansar. Así se
instalaron en el camping Miguel Lillo.
El sábado sereno del lugar los vio discutir, pero no vio
golpes. Ese mismo día fue la última vez que Débora se comunicó con su familia:
“Le dijo por mensaje a uno de sus hijos que su pareja le había pegado, le había
dejado un ojo negro y le había aflojado un diente“, describieron los indicios
que llevaron al fiscal y a la jueza este lunes a acusar y a detener al
sospechoso por femicidio pese a que aún no se sabía si Débora estaba muerta.
Los investigadores no perdían la esperanza de hallarla con
vida, pero los indicios les decían todo lo contrario: el sábado por la noche ya
la familia de Débora no tuvo más noticias de ella y el domingo por la mañana el
sereno del camping denunció la desaparición de la mujer.
“Dijo que no vio a nadie en la zona donde acampaban en su
ronda de las 4, pero sí estaba solo el detenido por la mañana y, sumado a la
discusión previa, prefirió denunciar”, contaron y fue entonces cuando se
activaron las alertas.
Así, se inició el operativo de búsqueda que involucró
alrededor de 80 agentes y en el que trabajaron la Policía Bonaerense, Defensa
Civil, Guardaparques y Policía Ecológica.
En ese contexto, encontraron ropa desperdigada, como unas
calzas específicas; zapatillas en lo alto de un árbol y otra en la base; y
prendas de Débora manchadas con lo que sería sangre y que ahora se analiza.
Mientras tanto, al sospechoso lo atraparon el lunes: tenía
lesiones compatibles con rasguños.
La ventana que analizan como la probable en la que se
produjo el crimen es desde las 22 del sábado hasta las 8 del domingo en que lo
vieron irse del camping al hombre solo.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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