Una tragedia ocurrió este sábado en la ciudad de Córdoba,
donde un incendio en una vivienda dejó como saldo tres víctimas fatales: un
hombre de 75 años, y sus dos nietos, de 10 y 7 años.
El siniestro ocurrió durante la madrugada en una casa
ubicada en la intersección de las calles Fray Mamerto Esquiú y Buchardo, en la
capital provincial. Según informaron fuentes policiales a Infobae, las llamas
se habrían iniciado en una de las habitaciones del inmueble.
El dato es que la Justicia no se descarta que el fuego haya
sido provocado de manera intencional: sospechan de los padres de los menores,
quien, según medios locales, habrían mantenido discusiones con los abuelos de
los niños que tenían su custodia.
La pareja del hombre fallecido —abuela de los chicos— logró
escapar a tiempo del lugar junto a otros tres niños que también estaban en la
casa.
El comisario Diego Saya, de la dirección de Bomberos de la
Policía, explicó al medio Cadena 3: “La abuela, con la ayuda de los vecinos,
pudo salir con los otros niños que estaban en la parte delantera de la casa.
Por supuesto que todos están en un shock emocional” .
En el caso interviene la Fiscalía de Instrucción de Distrito
3, Turno 3, a cargo de la fiscal Silvana Fernández. Bomberos acudieron al lugar
y lograron extinguir las llamas, mientras que personal del servicio de
emergencias constató los decesos.
Un antecedente
Semanas atrás, un incendio en una vivienda rural de Villa
del Rosario, en el departamento de Río Segundo, Córdoba, dejó como saldo la
muerte de un niño de 10 años y un hombre de 48.
El hecho ocurrió a las 6.30 del pasado 10 de agosto. Según
el testimonio de una de las sobrevivientes, un tronco encendido en el hogar
para aclimatar los ambientes cayó en el piso y desató las llamas, que se
propagaron rápidamente.
En el lugar se encontraban varios integrantes de una misma
familia. El abuelo fue el primero en reaccionar ante las llamas y trasladó al
hospital a tres personas —dos menores de 15 y 7 años y una mujer de 43— que
sobrevivieron y se encuentran fuera de peligro. En tanto, otras tres personas
presentes no sufrieron heridas graves.
El niño y el hombre fueron rescatados del interior de la
vivienda y recibieron maniobras de reanimación antes de ser trasladados a un
hospital. A pesar de la asistencia recibida, murieron poco después.
Bomberos voluntarios y efectivos de la Departamental Río
Segundo trabajaron en el lugar para controlar el fuego y asistir a los
damnificados.
En tanto, a principios de septiembre, un incendio de grandes
proporciones dejó una escena devastadora en Ushuaia, ciudad capital de la
provincia de Tierra del Fuego, cuando una vivienda precaria del barrio Peniel
se consumió por las llamas y causó la muerte de tres jóvenes hermanos. Sus
padres, que lograron escapar por sus propios medios, fueron hospitalizados por
quemaduras severas.
El operativo desplegado por Bomberos Voluntarios y la
Policía de Tierra del Fuego ocurrió tras las primeras alertas de vecinos por el
avance del fuego. Según información recogida por el medio local Diario Prensa
Libre, Fabiola Vanesa Sejas, de 43 años, y Carlos Cruz, de 45 años, lograron
salir por sus propios medios, aunque sufrieron quemaduras de consideración, y
fueron derivados de inmediato al Hospital Regional Ushuaia.
Durante las tareas de extinción, el personal de emergencias
localizó los cuerpos sin vida de Lucas Emanuel Cruz (21 años), Ignacio Tomás
Cruz (19) y Mateo Efraín Cruz Sejas (17) en una de las habitaciones posteriores
de la vivienda, lo que puso de manifiesto la magnitud de la tragedia familiar.
El hecho desencadenó la intervención del juzgado de turno,
que dispuso el inicio de actuaciones periciales para esclarecer tanto la
mecánica como el origen del siniestro. Colaboraron la Policía Científica,
personal de la Comisaría Quinta de Andorra y bombero del Cuartel Zona Norte.
Los resultados preliminares de la investigación orientan la
hipótesis hacia la caída repentina de ropa desde un tender metálico colocado
sobre una estufa garrafera en la cocina.
Los peritos detectaron una mayor concentración de calor
debajo del tender en cuestión y añadieron que esa situación desencadenó una
rápida propagación del fuego, incrementada por la explosión de garrafas
almacenadas en la vivienda.
El diseño mismo de la edificación, apuntaron los
especialistas, influyó directamente en el desenlace fatal. La casa, de dos
habitaciones y un living comedor, disponía de una única puerta de acceso y
carecía de ventanas en el dormitorio del fondo, donde dormían los tres
hermanos.
Tal disposición impidió que las víctimas, o incluso los
vecinos que intentaron auxiliarlas, encontraran una vía de escape alternativa.
Mientras que los padres, al estar cerca de la única puerta, pudieron escapar.



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