El limonero es uno de los árboles más agradecidos en cualquier jardín. No solo ofrece sombra y un perfume inconfundible con sus flores, sino que también regala un fruto indispensable en la cocina diaria.
Pero para que produzca limones abundantes, sanos y de buen tamaño, no alcanza con regarlo o fertilizarlo: una poda bien hecha es fundamental.
¿Por qué es importante podar?
La poda no es solo una cuestión estética. Cortar ramas de manera estratégica ayuda al árbol a concentrar su energía en producir flores y frutos, en lugar de sostener follaje excesivo. Además:
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Permite que la luz solar y el aire lleguen al interior de la copa, reduciendo plagas y enfermedades.
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Ayuda a controlar el tamaño del árbol, algo clave en jardines pequeños o en macetas.
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Favorece que el limonero aproveche mejor los nutrientes del suelo, manteniéndolo más saludable.
En resumen, un limonero bien podado es más productivo y más fácil de cuidar.
¿Cuándo podar?
En la Argentina, el momento ideal es a fines del invierno o principios de la primavera, justo antes del crecimiento más intenso.
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El árbol aún está en reposo y la poda no lo debilita.
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Se estimula la aparición de brotes jóvenes que florecerán en primavera, aumentando la cosecha de verano y otoño.
Si el árbol está muy frondoso, también se puede hacer una poda ligera en verano, aunque nunca en exceso para no frenar la producción de frutos en curso.
Paso a paso: cómo podar tu limonero
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Revisar el árbol: cortar primero ramas secas, dañadas o enfermas.
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Eliminar los chupones: brotes verticales que consumen energía sin dar frutos.
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Abrir la copa: quitar ramas que se cruzan o crecen hacia adentro para que entre luz.
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Regular la altura: recortar ramas superiores si el árbol es demasiado alto.
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Hacer cortes en diagonal: cerca de una yema o rama lateral, para evitar acumulación de agua.
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Usar herramientas limpias y afiladas: tijeras o sierras en buen estado para no dañar el árbol.
Regla de oro: nunca quitar más del 30% del follaje en una temporada. Una poda agresiva debilita al limonero.
Cuidados después de la poda
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Realizar un riego profundo, sin encharcar.
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Aplicar fertilizante rico en potasio y fósforo para estimular floración y frutos.
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Vigilar la aparición de plagas en ramas tiernas.
Además, es recomendable:
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Sellar cortes grandes con pasta cicatrizante para evitar hongos.
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No podar en días de lluvia o con humedad alta.
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Hacer la tarea temprano o al atardecer, nunca en pleno sol fuerte.
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En macetas, realizar podas ligeras más frecuentes.
Un árbol agradecido
Con estos cuidados, tu limonero no solo lucirá más saludable, sino que también te recompensará con limones más grandes, jugosos y abundantes durante gran parte del año.



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