La localidad brasileña de Canoas, en las afueras de Porto Alegre, vive horas de conmoción, luego de que un reconocido médico local le colocara somníferos en el helado a su esposa, enfermera de profesión, quien falleció de un infarto minutos después. André Lorscheitter Baptista, de 48 años es el principal acusado, quien fue detenido por efectivos de la Policía, mientras descansaba en su propiedad.
Al parecer, drogó a su mujer, Patricia Rosa dos Santos, con un helado en el que había puesto Zolpidem, un remedio contra el insomnio. Según el comisario a cargo de la investigación, después de dormir a la víctima, el acusado le administró medicamentos de uso restringido que provocaron su deceso.
Fuentes policiales contaron que ese día, alrededor de las 8 de la mañana, el profesional de la salud llamó a la familia de Patricia para informarle de la muerte de la enfermera. Cuando llegaron a la casa del matrimonio, el hombre les mostró un certificado firmado por un médico del servicio de emergencias en el que se indicaba que había sufrido un infarto agudo de miocardio.
Pese a eso, la familia desconfió de la versión del médico y alertó a la policía. Unos peritajes realizados en la casa demostraron que la escena difería de la versión del sospechoso.
“Nos dimos cuenta, después de que los familiares nos informaron, que el lugar había sido parcialmente modificado. Había algunas cosas que no correspondían con la situación real que se informó allí por primera vez sobre el infarto de miocardio. El cuerpo había sido trasladado”, reveló Reguse.
Los peritos también encontraron sangre de la enfermera en un acceso venoso, así como en los medicamentos que le había administrado su pareja. También se encontró una gasa en la casa que contenía su ADN.
Según la investigación, la aplicación de los medicamentos encontrados en la residencia requiere que el paciente sea intubado para evitar una probable muerte. “Era un medicamento que requería ventilación inmediata”, afirmó la policía.
El caso es investigado como femicidio, mientras que Lorscheitter Baptista negó que haya asesinado a su esposa.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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