Seguramente será una lección que Máximo no se olvidará nuca más. El viernes pasado el intendente Esteban Santoro publicó una serie de fotos del Paseo del Bicentenario con los nombres y las pintadas que aparecieron. Jamás se pensó el mandatario local que unos días después tendría a uno de los autores de este acto vandálico sentado en su oficina, pidiéndole perdón y comprometiéndose a dar una mano en las tareas de recuperación del lugar.
La semana última el jefe de estado hablo de “acciones
destructivas” contra el erario público y explicó que las tareas de refacción
serían costosas ya que, al reiterarse, llevarán a que deban colocar cámaras en
ese Paseo.
Hoy se presentó Máximo con su papá, le reconoció a Santoro
que “no estuvo bien lo que hizo” y agradeció al padre por el gesto de llevarlo
para exponer el error y tratar de subsanar lo ocurrido.
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