Peluquería
Emilio, de Rosario, bajó las persianas para cumplir con las nuevas
restricciones pero encontró una trampa para seguir con el cronograma de
clientes pautados para el fin de semana: creo el “Coiffeur Take Away”.
Con una
llamativa foto, que se volvió tendencia en redes, colocó el sillón en la vereda
y el peluquero atienden desde adentro. Pasa sus brazos por los huecos de la
persiana y logra su cometido cortar el cabello sin tener el local abierto.
La “trampa”
está bien pensada porque si bien consigue cumplir con el trabajo, legalmente,
el local está cerrado. De hecho, el comerciante puede optar por cobrar luego a
los clientes por medios electrónicos como Mercado Pago –siempre y cuando
conozco a los clientes- para dejar constancia que la transacción se realizó en
otra jornada.
Peluquería
Emilio queda en Córdoba 2671 de la ciudad que es “cuna de la bandera”.




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