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Los misterios del Cerro Uritorco que continĂșan sorprendiendo al mundo


Lugar Ășnico el Cerro Uritorco. Repleto de secretos y misterios, su vigencia sigue intacta. Desde luces en el cielo que sorprenden tanto a moradores como turistas de la cordobesa localidad de Capilla del Monte, en especial desde 1986, mĂĄs el pasado de los comechingones, la leyenda de Erks, la ciudad espiritual, hasta la versiĂłn nunca confirmada de que en alguna de las entrañas de sus grutas se encontrara un objeto sagrado del cristianismo como es el Santo Grial (sea lo que Ă©ste realmente fuere), que podrĂ­a haber sido traĂ­do, para mantenerlo a resguardo, sea por los Templarios, con marcada presencia en la zona, o por el grupo de Caballeros de la Mesa Redonda que encabezaba Parsifal. O el bastĂłn de Mando. y la lista sigue...

Aunque muchos son los hechos, el reconocimiento a nivel internacional pasó a kilómetros de allí, en la noche del 8 al 9 de enero de 1986. Una de las laderas del cerro Pajarillo, en la Quebrada de la Luna, amaneció con una extraña, enorme marca, como de haber sido sometida a elevada temperatura. Tenía 122 metros de largo por 64 metros de ancho.

Quienes hemos recorrido el sitio, tenemos plena certeza de lo complejo que es llegar hasta esa altura, desplazarse entre malezas y piedras desprendidas que complican todo, lo que desmiente que se debiĂł a un incendio intencional, con algĂșn combustible. ¡Es tan fĂĄcil hacer suposiciones desde un escritorio!

Hubo dos testigos: Gabriel Gómez, entonces de 11 años de edad, y su abuela Esperanza, ya fallecida, quienes vieron desplazarse a un OVNI desde su humilde casa aledaña. Al recorrer esa zona, constatamos dar toda la impresión de que vegetales y rocas fueron afectados por la exposición a una fuente calórica sin emisión de fuego o llamas.

El fenĂłmeno se conociĂł por el entonces secretario de Prensa y Turismo local, Jorge SuĂĄrez, quien luego se dedicĂł a estudiar el fenĂłmeno. La "huella" se reavivĂł en agosto de ese mismo 1986, cuando un gran incendio avanzĂł por todo el faldeo montañoso, la atravesĂł y, entonces, ¡sorpresa!: en toda su extensiĂłn la huella permaneciĂł intacta, como protegida del fuego. ¿CĂłmo explicarlo?

Lo que estaba dentro de la huella seguía siendo tan combustible como lo exterior. Seis años mås tarde, desde la ruta, por entonces sin asfaltar y que pasa a varios kilómetros, la huella era visible con nitidez. Ya no era una marca elipsoidal oscura sino amarillenta, nítida, precisa. Un hecho irrepetible aun hoy en el mundo.

En setiembre de 1991 hubo otro hecho extraño, pero a unos 20 km. de Capilla, en la estancia El Carrizal. AllĂ­, en un sector de tierra muy arenosa, tambiĂ©n casualmente un campesino advierte que el suelo tiene una temperatura tan elevada "que quema la piel y destruye las botas". 

Un pequeño terreno de unos 12 metros de diĂĄmetro, en efecto, tenĂ­a un promedio de 340ÂșCa. Dos vecinos terminaron con quemaduras de tercer grado y tomĂł estado pĂșblico. Intervino la Universidad Nacional de CĂłrdoba, pero desapareciĂł tan pronto como Luis Bartolli, jefe de bomberos, hizo vaciar dos camiones de agua para conculcar el peligro.

Al llegar, caminamos sin dificultad ni protecciĂłn en el sector antes candente, y comprobamos una depresiĂłn o crĂĄter, de algunos centĂ­metros de profundidad y que el suelo se componĂ­a casi exclusivamente por arena muy fina y seca. Nunca mĂĄs volviĂł a suceder. Algunos sostuvieron que fue un fraude intencional; otros, producto del aterrizaje de un VED (vehĂ­culo extraterrestre dirigido); que impactĂł un meteorito y muchas otras cosas. JamĂĄs pudo saberse.

Todos los meses hay noticias de apariciones de OVNIs en la regiĂłn. Con las nuevas tecnologĂ­as se suman curiosas fotos y videos. La gran mayorĂ­a exhiben masas amorfas de luz desplazĂĄndose en el firmamento. Se reiteran. Hay noticias del siglo XIX, de todo el XX y del actual. Luces que aparecen y desaparecen ante asombrados testigos; muchos quienes jamĂĄs antes habĂ­an pensado en visitantes cĂłsmicos, dioses voladores o cosas parecidas.

Algunos se constatan fehacientemente. La zona sufre perturbaciones magnĂ©ticas frecuentes. Aparecen en los mapas aĂ©reos (se recomienda no sobrevolarla). El Uritorco se conforma principalmente por granito, uranio, mica y cuarzo. EnergĂ­a pura. Es natural que el cerro emane fluorescencias y que Ă©stas se disuelvan o las absorba la tierra. Pero aĂșn asĂ­ hay muchos secretos y misterios.

Pero no es sĂłlo eso: como lo demostrĂł nuestro amigo investigador Gustavo FernĂĄndez, la famosa "capilla" que da nombre al pueblo tiene todas las caracterĂ­sticas de una iglesia templaria, tanto en su arquitectura como a los simbolismos. Es un edificio del Siglo XX; pero erigido donde se hallaba la original, siguiendo trazados de aquella. 

¿QuĂ© hace una iglesia templaria tan prĂłxima al Uritorco donde, precisamente, las leyendas recuerdan que permanece guardado el Santo Grial?. ¿Se relaciona con lo sucedido en 1934 cuando se extrajo un objeto lĂ­tico que el investigador Guillermo Terrera, al verlo, dĂ©cadas mĂĄs tarde, lo llamĂł "BastĂłn de Mando".

Hay quienes afirman que fue Orfelio Ulises (¿un seudĂłnimo?) quien tras un viaje iniciĂĄtico de 8 años por el TĂ­bet, accediĂł a informaciĂłn secreta de grandes lamas que lo llevĂł a SudamĂ©rica, donde, guiado telepĂĄticamente, hallarĂ­a la Piedra de la SabidurĂ­a (la pieza encontrada), tallada, de 1,10 metros de largo, de roca basĂĄltica pulida, negra. Obra Ășnica, diferente a todas las encontradas en la regiĂłn, que serĂ­a de la cultura comechingona y servirĂ­a en rituales de Alta Magia Blanca.

Entramado con estos temas, nace la historia de Erks, la ciudad espiritual, como Shamballa o Agharta, edificada bajo las profundidades del cerro, cuyas entradas son invisibles para quienes no han transmutado su espĂ­ritu dando lugar al Hombre Nuevo ya que tiene todas sus potencialidades espirituales desarrolladas. No todos acuerdan: otros dicen que se trata de un lugar concreto, perceptible. 

Se basan en el hecho que, desde tiempos anteriores a ColĂłn hay referencias a ruidos que se oyen en el Uritorco, al parecer procedentes de las extrañas de la montaña. Ruidos que, aĂșn hoy, se pueden comparar con los que emitirĂ­an grandes maquinarias funcionando. Sobre todo de noche. CientĂ­ficos "polĂ­ticamente correctos" admiten la comprobada existencia de tales sonidos, pero explican como acomodamientos del suelo rocoso, producto de la contracciĂłn y dilataciĂłn por las variaciones de temperatura entre el dĂ­a y la noche.





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