La pandemia no logró impedir que Ilda celebre sus 100 años
de vida. No hubo una gran fiesta, como ella quería y está acostumbrada a
realizar cada lustro, pero sus familiares se las ingeniaron para que este día
fuera especial.
Por la mañana, un grupo de mariachis llegó a su domicilio
del barrio Villa Primera y sorprendió a Ilda con una serenata que sirvió de
antesala al paseo por las calles del barrio en un auto descapotable decorado
para la ocasión.
“Qué linda está la mañana/ En que vengo a saludarte/ Venimos
todos con gusto/ Y placer a felicitarte” cantaban mientras su familia se
acomodaba en el frente de la vivienda expectante de la reacción de la
homenajeada.
“La ilusión de ella era una fiesta en grande como la venia haciendo cada cinco años con toda la familia, unas 60 personas, pero bueno por las circunstancias de este año no se pudo hacer”, asegura Chichi, una de sus hijas y organizadora de la sorpresa.
Fue entonces que, junto a su hermana decidieron armar un
cumpleaños sorpresa. “Pensamos en una serenata al aire libre y un paseo en auto
antiguo. Ella no sabía nada o sea que fue una sorpresa hermosa”, cuenta la
artífice de la celebración.
Ilda Baccaro de Di Gesu nació en Lezama, pero de muy joven
se radicó en Mar del Plata, donde formó su familia. Toda su vida fue ama de
casa. Tiene dos hijas, siete nietos, ocho bisnietos y uno más en camino.
“Cumplió 100 años, pero parece de 70”, aseguran los vecinos
de Ilda. Es que, pese a su avanzada edad Ilda no tiene ninguna enfermedad.
Según ella, el secreto para llegar al centenario está en “comer de todo,
mantener la tranquilidad y caminar (ahora poco por miedo al contagio) y con el
te o café unas gotitas de whisky”.




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