El Gobierno Nacional avanza en una reforma de Seguridad que se viene elaborando en absoluta reserva desde hace meses. El plan apunta a otorgarle más poder de vigilancia y nuevas jurisdicciones al Ministerio de Seguridad Nacional, incluyendo el control de los pasos fronterizos que hoy operan bajo la Dirección General de Migraciones, cuyos agentes dejarán de ser civiles.
Dentro de esa reestructuración, se creará la “Policía Migratoria”, un cuerpo especializado que reemplazará a los empleados actuales y estará entrenado como el resto de las fuerzas federales. También se proyectan cambios en la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), que hoy actúa casi exclusivamente en aeropuertos.
Es por esto que Migraciones dejó de depender del Ministerio del Interior de Diego Santilli. Pero la reforma impulsada por Patricia Bullrich es mucho más amplia. El objetivo general apunta a asimilar el funcionamiento del sistema argentino al del “Homeland Security” de los Estados Unidos, siempre dentro de las limitaciones económicas y estructurales del país. Fuentes oficiales involucradas en el proyecto admiten la comparación, aunque remarcan que se hará “salvando las diferencias obvias con la primera potencia mundial”.
El nuevo Ministerio de Seguridad Nacional buscará ampliar su alcance: deberá combatir delitos en fronteras y pasos migratorios, intervenir en temas de ciberseguridad, “detectar potenciales amenazas en redes sociales e internet”, prevenir terrorismo interno y coordinar respuestas ante emergencias de origen natural o intencional.
Otro punto central del rediseño es la reconversión de la Policía Federal Argentina, con la creación de un cuerpo de elite dedicado a delitos complejos de nivel federal. Según confirmaron altas fuentes oficiales, la referencia conceptual es el FBI, un modelo mencionado históricamente pero nunca concretado. Esta vez, el impulso proviene de un trabajo que Bullrich viene desarrollando desde hace meses junto a Santiago Caputo y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, quienes respaldan el avance del proyecto.
La reforma también podría superponerse con áreas ya existentes dentro del Estado. Por ejemplo, parte de la tarea de prevención frente a ciberataques hoy está bajo la órbita de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), lo que anticipa posibles tensiones jurisdiccionales mientras se define el nuevo esquema del “Homeland criollo”.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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