
Los pasajeros del tren Sarmiento vivieron una experiencia que, para muchos, fue más que un simple retraso. La situación en la estación de Morón, tras la interrupción del servicio, se convirtió en una verdadera prueba de resistencia, dejando en evidencia las dificultades que enfrentan a diario quienes utilizan este medio de transporte.
Los pasajeros del tren Sarmiento vivieron una experiencia que, para muchos, fue más que un simple retraso. La situación en la estación de Morón, tras la interrupción del servicio, se convirtió en una verdadera prueba de resistencia, dejando en evidencia las dificultades que enfrentan a diario quienes utilizan este medio de transporte. Todo comenzó cuando un accidente, que involucró la colisión de una persona, provocó la interrupción del servicio. La demora, que en un principio parecía pasajera, se extendió por varios minutos, generando incomodidad y frustración entre los viajeros. Uno de los pasajeros, visiblemente molesto, no dudó en expresar su sentir: " Toda la vida se viajó así, pero esto es una tortura" , fue el grito con impotencia desde adentro del tren, apretado entre otras personas. La situación generó un clima de tensión, ya que la frecuencia de los trenes no pudo restablecerse rápidamente. Los pasajeros, atrapados en un escenario que parecía no tener fin, compartieron historias de viajes similares, en una de las líneas más transitadas. Las autoridades de Ferrocarriles Argentinos informaron que la demora se debió a las tareas de rescate. Sin embargo, muchos usuarios expresaron su cansancio y la necesidad de soluciones definitivas para evitar que estas situaciones se vuelvan a repetir.
Los pasajeros del tren Sarmiento vivieron una experiencia que, para muchos, fue más que un simple retraso. La situación en la estación de Morón, tras la interrupción del servicio, se convirtió en una verdadera prueba de resistencia, dejando en evidencia las dificultades que enfrentan a diario quienes utilizan este medio de transporte. Todo comenzó cuando un accidente, que involucró la colisión de una persona, provocó la interrupción del servicio. La demora, que en un principio parecía pasajera, se extendió por varios minutos, generando incomodidad y frustración entre los viajeros. Uno de los pasajeros, visiblemente molesto, no dudó en expresar su sentir: " Toda la vida se viajó así, pero esto es una tortura" , fue el grito con impotencia desde adentro del tren, apretado entre otras personas. La situación generó un clima de tensión, ya que la frecuencia de los trenes no pudo restablecerse rápidamente. Los pasajeros, atrapados en un escenario que parecía no tener fin, compartieron historias de viajes similares, en una de las líneas más transitadas. Las autoridades de Ferrocarriles Argentinos informaron que la demora se debió a las tareas de rescate. Sin embargo, muchos usuarios expresaron su cansancio y la necesidad de soluciones definitivas para evitar que estas situaciones se vuelvan a repetir.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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