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Se multiplican las denuncias contra la maestra estafadora mientras Interpol la busca en Europa


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La historia de Julieta G., la maestra que engañó a colegas y amigos para robarles millones de pesos, no deja de sumar capítulos. Mientras la causa penal avanza y se acumulan pruebas en su contra, ella sigue subiendo fotos desde distintos destinos de Europa, como si nada pasara.


En sus redes sociales posa sonriente en Roma, Ámsterdam, Londres o Berlín. También estuvo en Pisa, Irlanda, Barcelona, Liverpool y Belfast. Su primer destino fue Madrid. Todo indica que el pasaje de ida lo pagó con el dinero que le robó a sus compañeras.


Julieta, profesora de Educación Física y maestra jardinera ocasional, escapó de Buenos Aires a mediados de 2024, apenas semanas después de haberles sustraído más de 3 millones de pesos a varias docentes que había conocido durante una breve suplencia en un jardín de infantes del barrio porteño de Boedo.


Las víctimas fueron las primeras en denunciarla. Esas presentaciones originaron una investigación a cargo del fiscal Miguel Ángel Kessler, de la Fiscalía PCyF N°5 Especializada en Ciberfraudes.


Los investigadores reconstruyeron el recorrido de las tarjetas que Julieta robó y descubrieron 105 compras realizadas con los plásticos ajenos: desde gastos cotidianos en supermercados y carnicerías hasta consumos en plataformas de juegos online. Pero la operación más costosa fue la compra de su pasaje aéreo a España.


Con esas pruebas, la Justicia ordenó una captura internacional y dio intervención a Interpol. Desde entonces, su caso se volvió público y más víctimas comenzaron a aparecer.


Además de ladrona, era perversa. Un día cayó al gimnasio con zapatillas y calza nueva, y le preguntó a una amiga si le gustaban. Tiempo después se enteró de que se lo había comprado con la tarjeta de ella”, contó una de las denunciantes a Infobae.


A medida que el expediente avanzaba, ex amigas y hasta familiares de su ex novio se animaron a hablar. Ya son más de ocho personas las que declararon haber sido estafadas por la maestra, con maniobras que se repiten: confianza, acceso a datos personales y luego robos sistemáticos.


“Se ampliaron las denuncias, declararon más personas y mencionaron otros hechos”, confirmaron fuentes judiciales.


Julieta, de 31 años, todavía no fue formalmente imputada. La orden de captura sigue vigente, pero se desconoce su paradero exacto. Todo apunta a que sigue en el Viejo Continente, moviéndose entre países para evitar ser localizada.


El padre, también complicado


El expediente reveló una ramificación inesperada: el padre de la sospechosa terminó imputado por su participación en las maniobras.


Los peritos cruzaron datos de las denuncias con movimientos bancarios y detectaron cuentas de juego online donde aparecían transferencias vinculadas al entorno familiar. Parte del dinero robado fue cargado en esas plataformas, luego retirado y transferido a cuentas controladas por el padre.


Al quedar en evidencia, el hombre admitió su intervención en 22 hechos y firmó un acuerdo judicial que permitió restituir más de $1.200.000 a las maestras damnificadas, incluyendo los intereses.


El caso sigue en manos de la Fiscalía Especializada en Ciberfraudes, que depende del fiscal general Juan Bautista Mahiques, y busca ahora dar con Julieta para que enfrente finalmente los cargos que pesan sobre ella.


Mientras tanto, en las redes sociales, la maestra prófuga sigue sonriendo ante las cámaras, posando en cada ciudad europea que pisa, como si la búsqueda internacional de Interpol fuera apenas una historia más de su largo viaje.


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GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo