La madrugada del domingo 14 de septiembre quedará en la memoria de los vecinos de Río Gallegos como una de las más largas y complicadas de los últimos tiempos. La ciudad entera amaneció sin electricidad, luego de que una camioneta conducida por un menor de edad impactara de lleno contra una columna de hormigón de 15 metros de altura, provocando un apagón masivo que afectó a más de 133 mil habitantes.
El siniestro ocurrió a las 6:51 de la mañana en el barrio San Benito, cuando el vehículo embistió la columna de cemento de doble terna de 33 kilovolts, ubicada en calle 22 entre 1 y Edwin Frank Beeher. El poste se partió de cuajo, dejando inutilizada una de las estructuras centrales del sistema eléctrico local.
El hecho no solo encendió las alarmas de los equipos de emergencia, sino que desató un operativo contrarreloj para restituir el servicio. Durante casi toda la jornada, los técnicos trabajaron sin descanso para devolver la electricidad a la capital santacruceña.
El costo millonario y la responsabilidad asumida
Hoy, casi tres semanas después del accidente, se conoció que el padre del joven conductor se presentó en las oficinas de Servicios Públicos Sociedad del Estado (SPSE) para afrontar los costos del daño ocasionado. La cifra sorprende: más de 74 millones de pesos.
“Nosotros preparamos un informe e íbamos a iniciar una causa penal, pero la persona responsable del vehículo se presentó voluntariamente, pagará la totalidad de los gastos que tuvo la empresa y se acogió a un plan de pagos”, confirmó a LA NACION Matías Cortijo, presidente de la empresa estatal de energía.
El detalle de la reparación explica el monto: materiales especiales, horas de trabajo del personal, contratación de una grúa de gran porte, pago a la empresa Camuzzi por la provisión de gas necesaria para poner en marcha la reserva fría y la energía que no se facturó durante las horas de apagón. El total asciende a $74.597.974,87.
A eso se suma la sanción administrativa: el Juzgado de Faltas impuso una multa de $2 millones, ya que el vehículo estaba siendo manejado por un menor de edad, lo que agrava la infracción.
Desde SPSE no solo remarcaron el esfuerzo operativo, sino también la gravedad de la situación. “Este tipo de hechos, que muchas veces están vinculados a consumos no permitidos u otras conductas riesgosas, generan un grave perjuicio económico y operativo para la empresa, afectando la vida cotidiana de todos los vecinos, al dañar la infraestructura pública como el sistema eléctrico”, señalaron en un comunicado.
La ciudad paralizada y el operativo de emergencia
El corte de energía obligó a activar un protocolo de emergencia que movilizó a unos 40 trabajadores de distintas áreas. Sin embargo, el trabajo no pudo comenzar de inmediato: el peritaje policial demoró la intervención técnica hasta las 11 de la mañana.
A partir de allí se desplegó un operativo contrarreloj. A las 13 horas, se logró encender la reserva fría de la Central Eléctrica Río Chico, pero para eso fue necesario proveerla de gas mediante un acuerdo especial con Camuzzi.
Recién a las 20:30 del mismo día la ciudad recuperó el servicio en su totalidad. Fueron más de doce horas de tensión, en las que hospitales, comercios y hogares debieron funcionar a media máquina, mientras la comunidad aguardaba el regreso de la energía.
Uno de los momentos más delicados del operativo fue la remoción de la columna caída. Para esa tarea se contrató una grúa especial, dado el peso y tamaño de la estructura de hormigón.
“El reemplazo definitivo de la columna demandará más tiempo. Habrá que excavar, instalar una nueva fundación y reponer la estructura de hormigón”, explicó Cortijo. Y adelantó: “Ese trabajo está previsto para fin de año o inicios de 2026, con cortes programados de entre cuatro y cinco horas”.
Una advertencia para el futuro
El episodio dejó al descubierto la vulnerabilidad de la infraestructura eléctrica y el impacto que puede tener un accidente vial en la vida de toda una ciudad. En SPSE insisten en la necesidad de “evitar conductas riesgosas” y remarcan que los costos de un hecho de este tipo no solo se miden en dinero, sino también en el perjuicio colectivo.
Mientras tanto, el joven conductor permanece bajo investigación y su familia deberá afrontar las consecuencias económicas de un accidente que paralizó a toda Río Gallegos durante más de medio día.



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