Un hombre identificado como Cristian A. fue detenido en las últimas horas acusado de integrar una organización criminal dedicada al lavado de dinero proveniente del contrabando de cobre y otros metales. La causa, a cargo de la jueza Sandra Arroyo Salgado y el fiscal Fernando Domínguez, derivó en una serie de allanamientos realizados por la Policía Federal Argentina (PFA) en distintas localidades bonaerenses, donde se secuestraron grandes sumas de dinero y documentación relevante.
El episodio que destapó el caso ocurrió en julio pasado, cuando los investigadores allanaron una casaquinta en Francisco Álvarez (partido de Moreno) y hallaron 4.000.000 de dólares guardados en cajas y una valija. Al momento del procedimiento, el dueño del dinero intentó justificarse diciendo que se trataba de “los ahorros de toda su vida”, y, en un último intento por evitar el secuestro de los billetes, le dijo a un funcionario judicial: “Podemos llegar a un arreglo”.
Tras meses de análisis de la evidencia recolectada —entre ellos teléfonos, computadoras y dispositivos electrónicos—, el Departamento de Operaciones Contra el Lavado de Activos y Financiamiento del Narcotráfico de la PFA detuvo a nueve personas vinculadas a la maniobra, entre ellas Cristian A.
Una red internacional de contrabando
Según fuentes judiciales, la investigación comenzó a partir de la declaración de un arrepentido que reveló el funcionamiento de la estructura delictiva. El testigo explicó que el grupo se dedicaba a transportar chatarra y metales hacia Bolivia, donde eran comercializados y exportados por un empresario de ese país a compañías radicadas en el extranjero, principalmente en Estados Unidos.
Una vez cobradas las operaciones, el dinero era transferido a cuentas bancarias en Hong Kong y China, y desde allí se enviaban los pagos a la Argentina, donde eran retirados en efectivo en oficinas porteñas por los distintos integrantes de la red, en dólares o pesos, según sus necesidades.
El fiscal Domínguez sostuvo que, bajo la fachada de empresas dedicadas al reciclaje de chatarra, los sospechosos blanqueaban las ganancias obtenidas ilegalmente a través de la compra y venta de metales y su contrabando al exterior.
Propiedades, autos de lujo y galpones industriales
Con las ganancias de la actividad ilícita, la organización habría invertido en inmuebles y vehículos de alta gama. Los investigadores detectaron la compra de un complejo de cabañas en Cañuelas, departamentos en Caballito y Villa Lugano, y la construcción de un edificio en Villa Urquiza, además de la adquisición de autos Mercedes Benz y camionetas 4x4.
También se comprobó la compra en efectivo de galpones en parques industriales del conurbano bonaerense, utilizados presuntamente para almacenar y procesar la chatarra antes de su envío al exterior.
Nuevos allanamientos y posibles delitos tributarios
El fiscal solicitó nuevos allanamientos en barrios cerrados de alto nivel adquisitivo, como Haras San Pablo (General Rodríguez), Las Liebres (Escobar), La Comarca (Tigre), San Lucas (Ingeniero Maschwitz) y Estancia Alvear (Don Torcuato), entre otros.
Según Domínguez, se investiga la existencia de una estructura organizada de lavado de activos, además de posibles delitos tributarios y evasión fiscal asociados al comercio informal de metales.
La causa sigue en curso, y no se descarta que en los próximos días se produzcan nuevas detenciones y medidas judiciales para desentrañar la ruta completa del dinero.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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