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El resultado en PBA abre un escenario de crisis inmediata en la interna peronista


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La derrota en la provincia de Buenos Aires reconfigura el tablero político dentro de Fuerza Patria y agudiza las diferencias entre el kirchnerismo y el gobernador Axel Kicillof.


“El Conurbano va a salvar la Patria y Cristina tenía razón (no importa cuándo leas esto)”. El posteo de la intendenta de Quilmes y referente de La Cámpora, Mayra Mendoza, minutos antes de conocerse los resultados oficiales de las elecciones legislativas, reflejó el clima previo a la votación y anticipó la tensión que atraviesa al peronismo bonaerense. Sin embargo, el triunfalismo que predominó tras los comicios provinciales del 7 de septiembre no se repitió este domingo, y la derrota frente a Diego Santilli abrió una discusión inmediata dentro del espacio.


El impacto de la derrota y la crítica al desdoblamiento


El peronismo apostaba a una nueva victoria en Buenos Aires. No con los casi 14 puntos de ventaja que había logrado en la elección provincial, pero sí con un margen cómodo, estimado entre 7 y 9 puntos. Sin embargo, el resultado fue adverso: al cierre del escrutinio, Fuerza Patria quedaba unos 40 mil votos por debajo del candidato libertario.


Desde el kirchnerismo, la primera lectura fue clara: el desdoblamiento electoral fue un error. Mayra Mendoza volvió a insistir en que separar las elecciones nacionales de las provinciales debilitó al espacio.


Por su parte, el gobernador Axel Kicillof defendió la decisión durante toda la campaña, convencido de que la medida había sido clave para retener la provincia semanas atrás. Pero en su discurso posterior a la elección, deslizó críticas al Gobierno nacional:


“Luego del 7 de septiembre, cuando el pueblo de la Provincia se pronunció, el Gobierno se fue a Estados Unidos a pedir apoyo al gobierno norteamericano”.


A las afueras del búnker, un ministro bonaerense intentó justificar la estrategia:

“Si no desdoblábamos, perdíamos todo: desde los consejos escolares hasta la Legislatura”.

 

Cambios de tono en el búnker y la reacción de la dirigencia


A medida que avanzaba el escrutinio y se confirmaba la derrota, el clima en el búnker de Fuerza Patria fue mutando. Lo que se había planificado como una noche de festejos terminó convirtiéndose en un encuentro reservado de los principales referentes del espacio.


En un segundo piso se reunieron Kicillof, Sergio Massa, Máximo Kirchner y Juan Grabois para unificar el mensaje y definir la postura pública frente al nuevo escenario. Estaba previsto que hablaran varios dirigentes, entre ellos Jorge Taiana, primer candidato a diputado nacional, pero finalmente solo Kicillof salió al escenario.


Allí lo acompañaron Vanesa Siley, Sergio Palazzo, Juan Grabois, Jimena López y Jorge Taiana, junto con los representantes de cada sector: Massa, Máximo Kirchner, el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense Alexis Guerrera y la vicegobernadora Verónica Magario.


“El peronismo va a redoblar los esfuerzos para cuidar a nuestra gente. Sin miedo ni tristeza. Más organización y militancia”, expresó el gobernador, y remarcó que a partir de ahora el espacio tiene “una responsabilidad mayor: construir una alternativa hacia 2027”.


Un funcionario cercano al mandatario resumió la situación con pragmatismo:

“Axel estaba entero. Obviamente, no es lo mismo ganar que empatar, pero tenemos que seguir trabajando. Iba a ser una elección polarizada. Esto es así”.

 

Tensiones y lecturas cruzadas dentro del espacio


Desde el Frente Renovador, los referentes se esforzaron por remarcar que, pese a la derrota, el peronismo retuvo las 46 bancas nacionales que ponía en juego, y que incluso en la provincia de Buenos Aires aumentó su representación de 15 a 16 escaños.


No obstante, dentro del kirchnerismo se impuso la lectura de una derrota política con alto impacto simbólico, sobre todo en el Conurbano bonaerense. “Además de que ganó el miedo, esto no pasaba si no desdoblábamos”, afirmó un intendente de La Cámpora, alineado con la postura de Mendoza.


Otro elemento que generó debate fue el desempeño del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, quien compitió por fuera con el sello Unión Federal y obtuvo 45.500 votos, una cifra casi idéntica a la diferencia entre Santilli y Fuerza Patria.


“Habría que preguntarse por qué Gray sí estuvo con Fuerza Patria en la elección provincial y no en la nacional. Si vamos a hacer autocrítica, tiene que ser completa”, dijo un dirigente cercano a Kicillof entrada la noche.

 

El rol de los intendentes y la disputa por el liderazgo


El rol de los intendentes volvió a quedar en el centro de la escena. Varios de ellos habían quedado afuera de los primeros lugares en la lista encabezada por Taiana, lo que generó malestar en el cierre de campaña.


“Es un mensaje para los dirigentes nacionales: los intendentes somos los que tenemos los votos”, advirtió Gastón Granados, jefe comunal de Ezeiza.

 

En los hechos, la derrota bonaerense reavivó las tensiones internas del peronismo y dejó planteada una discusión abierta sobre el futuro liderazgo del espacio.


Kicillof busca sostener su protagonismo como figura nacional del peronismo no kirchnerista, mientras La Cámpora refuerza su poder en el territorio y prepara una estrategia propia de cara a 2027.


La coincidencia general entre dirigentes de todas las corrientes fue una sola: la elección en Buenos Aires marcó un punto de inflexión. Y, más allá del reparto de culpas, el peronismo deberá redefinir su rumbo en un escenario político dominado por el avance libertario.


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