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Diluvio en el AMBA: más de 100 milímetros de lluvia, calles inundadas y miles de usuarios sin luz


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Una intensa tormenta azotó durante la madrugada a la región del Área Metropolitana de Buenos Aires, dejando un saldo de calles y avenidas completamente anegadas, barrios bajo el agua y cerca de 45 mil usuarios sin suministro eléctrico. Las precipitaciones alcanzaron registros excepcionales, con acumulados de hasta 117 milímetros en pocas horas y picos de más de 150 en algunas zonas del oeste porteño.


Las imágenes de calles convertidas en ríos y autos flotando sobre la avenida General Paz se multiplicaron en redes sociales durante las primeras horas del día. Los barrios más afectados fueron Villa Devoto, Villa Pueyrredón, Liniers, Villa Santa Rita, Villa Urquiza y Saavedra, donde el agua alcanzó niveles preocupantes que paralizaron el tránsito y complicaron el ingreso y egreso de vehículos. En Devoto se acumularon cerca de 155 milímetros y en Villa Santa Rita 114, superando ampliamente el promedio habitual para todo el mes de octubre.


El Servicio de Atención Médica de Emergencias confirmó la intervención de su personal en distintos puntos críticos, especialmente en colectoras y pasos bajo nivel. Un hombre de aproximadamente 60 años sufrió una descompensación cardíaca en la zona de General Paz y ruta 8, pero su fallecimiento no estuvo vinculado al temporal, según el informe médico. No se registraron víctimas fatales ni heridos graves producto de las inundaciones.


Las complicaciones en la circulación fueron generalizadas. Los pasos bajo nivel de Mosconi, Cerati y Spinetta debieron cerrarse de forma preventiva ante la acumulación de agua. Desde el área de emergencias se reiteró la recomendación de evitar circular hasta que las condiciones mejoren y de mantener precaución por la baja visibilidad y la pérdida de adherencia en el asfalto.


En materia de transporte, los aeropuertos de Ezeiza y Aeroparque operaron con normalidad, sin cancelaciones ni cierres por actividad eléctrica, aunque algunos vuelos sufrieron demoras menores. El tren Roca reanudó su servicio completo tras un anegamiento en Turdera, mientras que el Premetro y la Línea B de subte normalizaron sus recorridos luego de suspensiones parciales durante la mañana.


El Gobierno de la Ciudad desplegó cuadrillas en distintos barrios para atender las emergencias y liberar sumideros obstruidos. Según estimaciones oficiales, el promedio de lluvias esperado para todo octubre en Buenos Aires es de 122 milímetros, una cifra que fue superada en algunas zonas en menos de cuatro horas. El arroyo Medrano, que desemboca en el Río de la Plata, registró un crecimiento del 142% desde su nivel mínimo y superó los cinco metros de altura, provocando desbordes parciales en áreas aledañas.


El ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Bastrucci, informó que la situación comenzó a estabilizarse durante la mañana. Confirmó que el agua había ingresado en la zona del Medrano pero que el nivel empezaba a descender. Indicó que las cuadrillas continuaban trabajando con camiones de auxilio, bomberos, Defensa Civil y personal de tránsito para restablecer la normalidad. También destacó la función del reservorio de Parque Sarmiento, diseñado para acumular parte del caudal antes de su derivación al arroyo.


Las zonas más comprometidas fueron los barrios lindantes a la avenida General Paz y parte del conurbano bonaerense, especialmente San Martín, donde se registraron calles anegadas y vehículos varados. En algunos sectores, como Beiró y Nazarre, el agua cubrió la calzada por completo y provocó el rescate de conductores que habían quedado atrapados.



Desde Defensa Civil provincial, su titular Fabián García advirtió que estos episodios tenderán a repetirse por la saturación del suelo y la falta de drenaje eficiente. Señaló que, pese a que la tormenta fue menos intensa de lo previsto, las condiciones del terreno impidieron el escurrimiento del agua. También confirmó evacuaciones preventivas en localidades del interior bonaerense, como Arrecifes y Salto, donde algunas familias debieron dejar sus viviendas por precaución.


La combinación de lluvias extraordinarias, desagües saturados y un sistema pluvial al límite volvió a poner en evidencia la fragilidad de la infraestructura urbana frente a los eventos climáticos extremos. Aunque el agua comenzó a descender con el correr de las horas, el panorama dejó imágenes de calles convertidas en lagunas, tránsito paralizado y miles de hogares sin energía eléctrica, en una jornada que recordó los peores temporales del área metropolitana.


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