Home Ads Home Ads

La pobreza afectó a 15 millones de argentinos en el primer trimestre: cuánto bajó realmente en la era de Javier Milei


Home Ads

En el primer trimestre de 2025 la pobreza por ingresos se ubicó en 31,5% y la indigencia en 6,9%, según proyecciones elaboradas a partir de la Encuesta Permanente de Hogares por CEDLAS y el Observatorio de la Deuda Social de la UCA. Extrapoladas a la población total, esas tasas implican que 14.954.234 personas se encuentran por debajo de la línea de la pobreza y 3.275.690 en situación de indigencia.


Esos números muestran una retracción importante respecto a los peores meses de 2023, pero la lectura de la mejora depende fuertemente del punto de comparación y de cuestiones metodológicas: ¿se compara con el final del gobierno anterior (último trimestre 2023) o con trimestres más comparables estacionalmente? Según distintos especialistas, la caída observada es real pero fragilísima y puede estar amplificada por cambios en la captura de ingresos y por variaciones transitorias en la inflación.


¿Cuánto bajó en términos absolutos? Tres formas de medirlo


  • Tomando como referencia el último trimestre de 2023 (cuando la pobreza era 45,2%), la reducción hasta 31,5% representa una caída de 13,7 puntos porcentuales, equivalente, en la cuenta que manejan las proyecciones, a 6.133.637 personas que “salieron” de la pobreza desde la asunción del gobierno actual.

  • Si la comparación se hace con el tercer trimestre de 2023 (pobreza 38,6%), que algunos economistas consideran un punto de partida más comparable por cuestiones estacionales, la reducción sería mucho menor: solo 3.054.435 personas por debajo de la línea de pobreza desde entonces.

  • Frente a la afirmación pública del presidente, que dijo haber “sacado de la pobreza a 12 millones de argentinos”, los números muestran que esa cifra no se sostiene con las mediciones disponibles: la salida de la pobreza sería, en el mejor de los dos cálculos anteriores, aproximadamente la mitad (o menos) de lo afirmado.


Por qué la cifra puede dar una sensación de mejora “exagerada”


Los analistas destacan al menos tres factores que explican la caída rápida y parcialmente coyuntural:


1) Desaceleración de la inflación y mejora puntual del poder adquisitivo.
La fuerte desaceleración en los precios de alimentos y la caída general de la inflación en los últimos meses permitió que hogares cuyo ingreso había quedado momentáneamente pulverizado durante el salto inflacionario de 2023 recuperaran parte de su poder de compra, lo que reduce la pobreza medida por ingresos.

2) Transferencias sociales y programas focales.
La acción de políticas como la AUH y la tarjeta alimentaria contribuye a reducir la indigencia en particular y, en menor medida, la pobreza. Agustín Salvia (Observatorio UCA) destaca que la combinación de caída de la inflación de alimentos y ayudas sociales explica buena parte de la baja de la pobreza extrema.

3) Cambios en la captura de ingresos y en la metodología de la EPH.
Gonzalo Carrera (Equilibra) y otros expertos señalan que desde el cuarto trimestre de 2023 se introdujeron preguntas que mejoran la captación de ingresos no laborales, lo que podría inflar la mejora estadística: “Creemos que la baja de la inflación ayudó, pero también hubo un cambio metodológico positivo que hizo la encuesta”. Si la EPH hoy registra más ingresos que antes por modificaciones en el formulario o en la recolección, la caída de pobreza puede sobreestimarse.

Lo que dicen los especialistas


  • Leopoldo Tornarolli (CEDLAS) advierte: “Son personas a las que normalmente el ingreso apenas les alcanza, o directamente no les alcanza, según la coyuntura. [...] Dejaron de ser pobres según ese indicador, pero sus condiciones de vida no cambiaron sustancialmente.” En otras palabras: salir de la pobreza por ingreso no garantiza una mejora estructural.


  • Gonzalo Carrera (Equilibra) sugiere comparar con trimestres equivalentes y señala que parte de la baja puede obedecer a mejoras en la captura de ingresos en la encuesta.


  • Agustín Salvia (UCA) enfatiza que la caída de la indigencia es más sólida por la menor inflación en alimentos y las transferencias sociales, pero advierte que si se ajustara la canasta (ENGHo 2017-18) y los ponderadores a los patrones de gasto actuales, la pobreza sería mayor, quizás por encima del 40%.


Empleo y salarios: la otra cara del cuadro


La mejora estadística coexiste con señales estructurales preocupantes en el mercado laboral: la creación de empleo formal sigue estancada y crece la informalidad. Según los datos que citan los analistas citados:


  • Los salarios registrados a junio de 2025 estarían todavía 5,5% por debajo de noviembre de 2023 en términos nominales/real (según la fuente citada).


  • En un desglose aportado por analistas, los salarios registrados habrían perdido 14,3% de poder adquisitivo desde la asunción de Javier Milei, mientras que algunos sectores privados habrían cedido 0,6%. (Estos números muestran variaciones según la segmentación y requieren lectura cuidadosa por incoherencias en series; todos los especialistas insisten en la caída real de ingresos laborales para amplios grupos).


La conclusión consensuada: la mejora en la pobreza por ingresos no está acompañada por una recuperación robusta del empleo registrado ni por aumentos salariales sostenidos, dos condiciones necesarias para consolidar cualquier salida de la pobreza.


Problemas metodológicos que siguen en debate


Varios economistas insisten en que la canasta de pobreza debería actualizarse con la Encuesta Nacional de Gastos del Hogar (ENGHo 2017-2018) para reflejar el peso actual de servicios, tarifas y transporte. Si se aplicaran esos nuevos ponderadores, la pobreza subiría respecto a la medición vigente. En palabras de Salvia: “Las estadísticas muestran mejoras, pero no estamos comparando escenarios equivalentes en términos de capacidad de consumo”

.

Además, se debate si la caída observada es en buena parte reversible: un repunte de la inflación, una devaluación o un deterioro laboral podrían revertir los avances con rapidez.


Qué esperar en los próximos informes


El indicador oficial del INDEC para el primer semestre se conocerá el 25 de septiembre y las proyecciones privadas sitúan la pobreza por debajo del 35%. Sin embargo, los analistas piden cautela: la baja registrada hasta ahora es real en términos estadísticos, pero es frágil y parcial, sujeta a reversión y condicionada por la metodología empleada.


Balance y lectura política


La mejora en la tasa de pobreza que muestra la EPH es un dato positivo que nadie discute en su totalidad. Pero la magnitud real del avance es materia de controversia: depende del trimestre de comparación, de ajustes metodológicos y de si se prioriza la pobreza por ingreso frente a indicadores más integrales del bienestar. Las afirmaciones presidenciales que doblan o triplican el número de personas supuestamente “sacadas de la pobreza” no se sostienen con las cifras disponibles.


En definitiva, la lectura más prudente es que hubo una recuperación parcial y mayormente coyuntural, sostenida por la desaceleración inflacionaria, ayudas sociales y ajustes en la captura estadística, pero sin un cambio estructural en empleo formal, salarios reales y condiciones de vida que garantice una mejora duradera. Si la política económica y social no apuntala empleos de calidad y actualiza las políticas redistributivas, la reducción en la pobreza puede quedar en un alivio temporal, vulnerable a nuevas sacudidas macroeconómicas.


Home Ads

Home Ads
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo