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PINAMAR: Ventoso apunta a un negocio inmobiliario millonario detrás de cambios en el Código Urbanístico y acusa al intendente de estar “de los dos lados del mostrador”


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En el año 2021 la secretaría de turismo, a cargo de Juan Ibarguren, lanzó un relevamiento para citar a los propietarios de Monte Carlo a presentarse ante la posibilidad de extensión de la zona urbanística de Pinamar. Esa zona fue comercializada a principios de los 80 bajo una promesa de construcción, apertura de calles e iluminación. Todo eso nunca se concretó.

 

Con toda esa información, luego del verano,  se lanzó el Plan Pinamar 20050 con cambios en todo el Código Urbanístico que impulsa el propio Ibarguren que hoy es intendente.

 

Lucas Ventoso, exsecretario de Turismo de Pinamar hasta hace algunas semanas y actual primer candidato a concejal por Somos Buenos Aires, realizó fuertes declaraciones en diálogo con CNM 93.3, señalando que su alejamiento del gobierno local se debió a un conflicto de fondo que, según él, esconde un negocio inmobiliario de gran escala, con impactos urbanísticos y ambientales que podrían cambiar para siempre el perfil de la ciudad.

 

“Cuando vi lo que estaba ocurriendo, empecé a investigar, porque este muchacho (por el intendente Juan Ibarguren) quiere cambiar todo Pinamar. Desde mayo o junio, hasta hace un mes y medio, cuando presenté mi renuncia, todo giraba en torno a un plan que considero irregular”, afirmó Ventoso.

 

Según su relato, la mayoría de los terrenos involucrados en las modificaciones urbanísticas pertenecen a Victorio Américo Gualtieri, un poderoso empresario de la construcción con un largo historial de contratos millonarios de obra pública en la provincia de Buenos Aires y vínculos con el duhaldismo. También mencionó a Daniel Mautone, dueño de Casino Victoria S.A., como otro de los empresarios que podría ser beneficiado por las reformas.

 

Ventoso sostiene que el intendente Ibarguren habría utilizado información privilegiada sobre la titularidad de terrenos —obtenida cuando era secretario de Turismo— para decidir, ya como jefe comunal, el uso del suelo de cada parcela, determinando quién podía construir una vivienda y quién un edificio de hasta 10 o 25 pisos. Por eso una parcela determinada podría valer 10.000 dólares y otra –en un sitio específico- millones de dólares.

 

Ese registro es un expediente público, pero está cajoneado. El intendente lo usa como si fuera información confidencial, cuando debería ser participativa y transparente”, advirtió.


En un momento de la entrevista Ventoso pidió a los periodistas si podían revisar el CUIL del intendente Ibarguren. Tras una breve búsqueda saltó que en noviembre de 2021 se habían modificado las categorías profesionales y el jefe comunal - siendo secretario de turismo- había agregado la de "constructor o modificador de edificios", ante esto el candidato a concejal dijo: "Es un tipo que de la construcción sabe como yo de naves espaciales"

 



Vínculos con antecedentes de corrupción en La Plata

 

En su denuncia, Ventoso también apuntó contra el actual secretario de Planeamiento de Pinamar, Ricardo Riddick, un exfuncionario de La Plata que fue investigado por asociación ilícita durante la gestión del intendente Pablo Bruera.

 

En aquel expediente, el fiscal Jorge Paolini comprobó que se pedían coimas de hasta 216.000 dólares para rezonificar terrenos. Según la causa que hubo en ese momento, Riddick actuaba como nexo entre funcionarios y particulares para facilitar los cambios de uso de suelo a cambio de sobornos. Las escuchas telefónicas y allanamientos realizados en 2014 revelaron un esquema sistemático de corrupción que incluía a funcionarios de alto rango.

 

Ventoso subrayó que “ahora Riddick está en Pinamar con las mismas funciones, cambiando el Código Urbanístico de acá”, y agregó que se repiten patrones: presentación de funcionarios a privados, negociación de usos de manzanas y concentración de poder en pocas manos.

 


Un crecimiento urbano sin planificación ambiental

 

El exfuncionario describió un proyecto que busca duplicar la capacidad poblacional de Pinamar:

 

“La ciudad tiene capacidad para 300 mil personas y quieren llevarla a 600 mil, una densidad superior a la de Morón o Mar del Plata. No hay agua suficiente en verano, y en zonas costeras se pueden salinizar las napas. Si seguimos sobreexplotando, el mar se meterá y contaminará con sal, algo irreversible”.

 

Entre los cambios propuestos en el plan Pinamar 2025, mencionó:

 

  • Permitir edificios de hasta cinco pisos con locales comerciales sobre la Avenida del Mar, reemplazando las casas.

 

  • Construcción de edificios en calle Burriquetas, con departamentos a ambos lados de la calle.

 

  • Autorización de torres de hasta 25 pisos en algunas zonas de acceso a la ciudad.

 

Están definiendo la ciudad como quieren dos o tres personas, a espaldas del Concejo Deliberante y sin participación del Colegio de Arquitectos. Esto no es un proyecto turístico, es un negocio inmobiliario”, denunció.

 

Ventoso planteó un conflicto de intereses grave:

 

Si es empresario, no puede ser funcionario público. El intendente estuvo de los dos lados del mostrador. No tengo pruebas directas de cohecho, pero sí de que retuvo información como secretario de Turismo y luego, como intendente, la usó para zonificar zonas como Montecarlo. Para mí es escandaloso”.

 

También cuestionó la campaña publicitaria oficial sobre el proyecto:

 

Es falsa y engañosa. Dice que van a cuidar Pinamar y preservar los recursos naturales, y es todo mentira. Quieren engañar a la población para ganar las elecciones por paliza y tener mayoría automática en el HCD que apruebe todo”.

 

Gualtieri, Mautone y el poder económico

 

Ventoso fue claro en que no acusa a los empresarios de cometer ilícitos, pero sí cuestiona la relación del intendente con ellos:


Ellos hacen negocios, el problema es el rol del intendente sentándose a la mesa para tramar el diseño urbano con sus propias tierras en juego”.

 

El caso de Américo Gualtieri es emblemático: de ser un desconocido constructor en Dolores pasó en los ‘90 a manejar un conglomerado de 20 sociedades con facturaciones millonarias, principal contratista de obra pública provincial con el duhaldismo.

 

Por su parte, Daniel Mautone es un empresario del juego con múltiples emprendimientos hoteleros y turísticos, y en Pinamar tiene el Casino Pinamar e impulsa el proyecto Dunas, sobre la Ruta 11.

 

Proyección judicial

 

Ventoso anticipó que el caso podría derivar en una causa judicial, ya que afirma contar con pruebas fundadas sobre las irregularidades. “Esto es grave de verdad. No se trata solo de urbanismo, es el futuro de Pinamar y la transparencia de su gobierno lo que está en juego”, cerró.


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