La Matanza atraviesa un presente marcado por la violencia y la inseguridad. En apenas una semana, dos crímenes estremecieron al distrito: el de Rita Mabel Suárez (47), asesinada delante de su hijo en Villa Luzuriaga, y el de Esmeralda Bustamante (23), la joven que murió al intentar defender a su hermana policía de motochorros en Laferrere. Pero lejos de ser casos aislados, forman parte de una estadística que no deja de crecer.
Los números oficiales muestran un panorama alarmante: en el municipio se registran 90 robos por día, la cifra más alta desde que existen registros. En 2012, la media era de 40 denuncias diarias. Doce años después, la cantidad de víctimas se más que duplicó.
Según datos de la Procuración General de la Suprema Corte bonaerense, las causas penales iniciadas por robo en el Departamento Judicial La Matanza pasaron de 14.821 en 2012 a 32.500 en 2024, lo que implica un incremento del 120%. Los rubros que más aumentaron fueron “robo”, “robo agravado por uso de arma” y “otros robos agravados”. La única baja se registró en pandemia, pero tras ese paréntesis la curva volvió a dispararse.
La crisis también se refleja en los homicidios. La Matanza encabeza la lista provincial en cantidad y en tasa de asesinatos: en 2024 se registraron 143 crímenes con 155 víctimas, lo que representa una tasa de 8,11 homicidios cada 100 mil habitantes, muy por encima del promedio del Conurbano (5,58) y de la Provincia (4,76).
Mientras que en el territorio bonaerense los homicidios bajaron un 1% entre 2023 y 2024, en La Matanza subieron un 5,9%. Algo similar ocurrió con los robos: el promedio provincial marcó una suba del 12,9%, pero en el municipio el salto fue del 31%.
Los asaltos a mano armada también crecieron de forma más acelerada en La Matanza (17%) que en toda la Provincia (1,5%). Y el dato más preocupante es el uso de armas de fuego: el 80,4% de los homicidios cometidos en el distrito fueron con pistolas, revólveres, escopetas o fusiles, frente al promedio del 62,8% en el Conurbano. En los robos, el 28,5% fue con armas de fuego, contra el 22% de la media provincial.
Aunque todavía no hay estadísticas oficiales de 2025, los hechos muestran que la crisis está lejos de resolverse. En los últimos meses, la violencia golpeó con fuerza: Thiago Correa (7), el niño que murió baleado en San Justo en junio; Jorge Cremontti (67), chofer de Uber asesinado en Lomas del Mirador en julio; o Luis Gabriel Quinteros (32), vecino ultimado por motochorros en marzo. Todos forman parte de una lista de víctimas que no deja de crecer, al igual que los números de la inseguridad en el distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires.



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