León Ehydrian Aquino tenía apenas 18 meses cuando su corta vida terminó de la manera más cruel. Murió en septiembre de 2021 en Berazategui, luego de sufrir reiterados episodios de violencia en la casa donde vivía con su madre, Yésica del Carmen Aquino, y la pareja de ella, Roberto Carlos Fernández. Lo que reveló la autopsia estremeció incluso a los médicos más experimentados.
El domingo 19 de ese mes, León ingresó al hospital El Cruce, en Florencio Varela. Llegó grave, con lesiones por todo el cuerpo. La madre intentó convencer a su familia de que el niño se había ahogado con leche. Pero apenas lo revisaron, los médicos vieron la verdad: múltiples golpes, mordeduras y pinchazos que no podían explicarse con un accidente. Desde el hospital llamaron a la Policía. Pese a los intentos por salvarlo, el bebé murió días después.
La fiscal Gabriela Mateos, a cargo de la investigación, ordenó de inmediato la autopsia y detuvo a Aquino. Horas más tarde, la sub DDI local atrapó a Fernández en Merlo. Ambos quedaron acusados de asesinato.
El informe forense fue lapidario: León tenía hematomas, mordeduras en el cuello y pinchazos provocados por agujas en distintas partes del cuerpo. En su espalda encontraron incrustada una aguja oxidada. Los peritos concluyeron que ese objeto pudo haber causado la septicemia que lo mató. También se constató que el niño venía arrastrando lesiones desde prácticamente su nacimiento.
Uno de los partes médicos incorporados a la causa describe: “Lesión equimótica en región frontal; múltiples lesiones equimóticas y hematomas en pliegues de ambos brazos; lesiones cutáneas por impronta que correspondería a agujas o elemento similar en brazos, manos, muñeca”.
Otra prueba clave fue una mordedura en el cuello. El peritaje odontológico confirmó que era compatible con la arcada dentaria de la madre.
El horror que vivió León no fue aislado. Las denuncias de maltrato ya circulaban entre vecinos y familiares antes de su muerte. Varias tías habían intentado advertir a las autoridades.
Ayelén, hermana de Aquino y tía del bebé, vivía en otra casa en el mismo terreno. Desde que Yésica comenzó la relación con Fernández, los gritos eran constantes. “Los chicos vivían atemorizados”, recuerda.
“Primero le rogué a mi hermana que me diera a León para cuidarlo. Le dije que no iba a denunciarla, pero no quiso saber nada. Después empezamos a denunciarlos en todas partes. Los chicos estaban solos, les tiraban agua fría, les pegaban con palos, les ponían pimienta en la comida. A León lo dejaban horas mojado frente a la ventana en pleno invierno”, contó Ayelén.
Su voz se quiebra al recordar otros episodios: “Le hacían caminos de pan en la cuna para que vinieran las hormigas y lo mordieran”.
Según ella, Aquino y Fernández amenazaban a los chicos para que no hablaran con los médicos. “Más de una vez mintieron por miedo cuando los revisaban”, lamentó.
Semanas antes del crimen, Ayelén presentía el final trágico. “Yo ya sabía que iba a pasar algo grave. León o la nena más grande podían morir”, dijo.
Tras el asesinato, los hermanos de León fueron separados por orden judicial. Algunos fueron enviados a Corrientes, otros quedaron en Buenos Aires. “Primero estuvieron conmigo, pero pude hacerme cargo un tiempo nada más. Después los repartieron entre otras tías, el padre de los más grandes y un hogar. Los más grandes están en Corrientes, la mayor tiene 16 años”, explicó.
Durante casi cuatro años, la familia materna de León no dejó de pedir justicia. “Quiero que les den perpetua a los dos. Que ninguno salga con excusas ni culpe al otro, porque los dos saben bien lo que hicieron”, exigió Ayelén.
Ahora, la causa llega a su instancia clave. El juicio oral comenzará este miércoles en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de Quilmes y se extenderá hasta el viernes.
Yésica Aquino enfrenta cargos por homicidio agravado por el vínculo, con premeditación, ensañamiento y alevosía, o alternativamente, homicidio por comisión por omisión. Fernández será juzgado por homicidio calificado.
Será la última oportunidad para que la Justicia reconstruya lo ocurrido y determine responsabilidades en uno de los casos más estremecedores de los últimos años en Berazategui.



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