Dolor a la hora de comunicar el cierre de la fábrica de partas Doña Cana que se conoció hace horas por parte de la familia Escobar. La crisis es el factor principal que lleva a que esta empresa local baje la persiana y deje de vender sus productos.
49 años de alegrías girando la llave del negocio de Lunes a domingo al mediodía. Hoy cerramos del todo, hoy cerramos un ciclo para comenzar otro y como dijo Piero en su canción.. caminando lento como perdonando al viento.
La historia de la fábrica
Corría el año 1975 y Betino Escobar salía en bicicleta
repartiendo ñoquis, junto a su esposa Liliana y su mamá Doña Cana (Encarnación
Ríos) amasaban en una olla grande y, en cuanto terminaban, salía Betino.
La producción se agrando, de ñoquis sumaron fideos después
ravioles sorrentinos y agnolottis. Fue en 1975, más precisamente el 4 de mayo,
en Nicaragua y Suiza comenzaba a funcionar La Fábrica de Pasta Doña Cana.
Betino y Liliana emprendieron el comercio y el dicho de la
abuela Doña Cana que no faltaba: “ que todos vengan a comer a casa”.
En el año 80 tras una gran inundación ya la fábrica se
trasladaba a Martínez Guerrero 1517 lugar donde vio nacer a Santiago, Matías y
Mauricio. Pasaron los años y la fábrica continúo su marcha, a veces bien otras
veces mal pero Betino y Liliana siempre estaban juntos llevando adelante la
producción.
Muchos empleados dejaron su huella en la firma: Paula,
Fabián, Silvina, Carlitos, Leti, Marcelo, Diego, Nico y muchos más.
Llegó el año 2020 y el destino quiso que Betino se fuera a
jugar un partido de bochas o dirigir un picadito en la cancha celestial. El 23
de septiembre de 2020 partía el líder y la voz de mando de la fábrica.
Liliana junto a sus hijos sobrinos y nietos, llevaron
adelante el legado lo mejor posible, pero la situación económica los volvió a
golpear. Esta vez con menos fuerzas y pensando Liliana en disfrutar de los
nietos en cumplir aquellos sueños que junto a Betino, su compañero de 49 años,
habían planeado de decidió el cierre. Hoy todos los que están detrás de Fábrica
de Pasta Doña Cana están eternamente agradecido a todos los clientes, proveedores,
empleados, amigos y madariaguense que pasó por la fábrica.
Muchas gracias a todos, la abuela Doña Cana y Betino Escobar
desde el cielo con Liliana al frente del negocio junto a sus hijos, sobrina y
nietos les dicen a todos muchas gracias por acompañarnos.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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