Dos personas fueron detenidas en las últimas horas por el crimen de Gabriel Antonio Espósito (55), el dueño de un hotel tres estrellas de la localidad balnearia de Mar de Ajó que fue encontrado atado y calcinado en una de las habitaciones de su establecimiento tras un incendio intencional. Se trata de la ex esposa de la víctima y la pareja de ella.
Los sospechosos fueron identificados como Andrea Paola
Carames y Raúl Alberto Vargas. Los arrestaron ayer en el marco de una
investigación encabezada por el fiscal Martín Miguel Prieto —titular de la
Unidad Funcional de Instrucción N°2 de La Costa— junto a policías de la
Comisaría Segunda de Mar de Ajó y la DDI de Santa Teresita.
Las cámaras de seguridad de la zona fueron claves para
comenzar a desentrañar el misterio detrás del brutal ataque a Espósito. A
través de las imágenes, los investigadores descubrieron que el vehículo de
Carames había estado en inmediaciones al hotel “El Pescador” —situado en
avenida Costanera al 700— la noche del crimen, es decir, el miércoles de la
semana pasada.
Según contaron fuentes del caso a Infobae, se investiga un
presunto plan para atacar a la víctima. Esa noche, Espósito salió a buscar a
uno de los dos hijos que tenía en común con su ex pareja. Tardó alrededor de
media hora hasta su regreso. Se sospecha que, en ese lapso, los asesinos
ingresaron al hotel por el ventiluz del baño de una habitación que da hacia el
fondo del complejo, en un punto ciego que las cámaras del lugar no llegan a
capturar. Allí lo esperaron.
De acuerdo a la reconstrucción parcial, el hotelero llegó a
su establecimiento a las 22.36 y a las 22.39 pasó por el frente el Peugeot 308
blanco de su ex. De las declaraciones de testigos se desprendió un dato: cada
vez que ingresaba a su hotel, el hombre tenía la costumbre de desactivar la
alarma y volver a activarla inmediatamente. Pero esta vez eso no sucedió.
“Cuando llegó lo emboscaron rápidamente”, señaló un detective del caso a este
medio. Luego lo incineraron. Y, al escapar, se llevaron el equipo DVR de las
cámaras.
La autopsia estableció que Espósito murió a causa de un
golpe en el tórax que le ocasionó un hemo-neumotórax en la parte derecha.
También determinó que, al momento en que comenzó el fuego, ya estaba fallecido.
El cadáver fue hallado al día siguiente. Estaba irreconocible, completamente
carbonizado, por lo que la identificación se hizo por las piezas dentales.
Además, sus brazos estaban extendidos a la altura de la cabeza y las manos se
encontraron unidas y atadas por un cable, mientras que en el cuello también
tenía enrollado otro cable con un nudo doble en la zona de la cervical.
Al margen de los registros fílmicos, existen otros indicios
apuntan hacia Carames y Vargas. Uno es que en el Peugeot se encontraron rastros
de sangre. Lo mismo sucedió en el domicilio de la pareja. Ahora, peritos
analizan si esa sangre se corresponde con la víctima. Por otra parte, fuentes
del caso agregaron a Télam que el hijo de Espósito declaró que su madre había
salido el miércoles por la noche en el auto, lo cual coincide con las imágenes
de las cámaras.
Los investigadores manejan un posible móvil: que detrás del
crimen existiría un “conflicto con los bienes y la tenencia de los hijos”, ya
que Espósito y Carames estaban en trámites de divorcio. También se investiga si
el asesinato pudo haber estado motivado en venganza por supuestos episodios de
violencia de género que la víctima aparentemente cometió hacia la mujer.
Lo concreto es que ambos detenidos fueron imputados como
coautores de homicidio agravado por el vínculo, un delito que prevé la pena de
prisión




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