Es un verdadero desafío a la paciencia. En el sureste de la
costa bonaerense comenzó este sábado una maratón de pesca deportiva. En las
playas de Claromecó, Reta y Orense (los balnearios del partido de Tres Arroyos)
arrancó otra edición de “Las 24 horas de la Corvina Negra”.
Se trata del concurso en aguas abiertas más grande de
Sudamérica. Algunos números que avalan esa sentencia: abarca 40 kilómetros de
competencia sobre la lengua del mar; se inscribieron más de 4.000 participantes
que llegan de todos los puntos del país (y también del exterior) y reparte más
de 50 millones de pesos en premios.
Varios de los mejores ubicados en esta contienda al aire
libre podrán retornar a su casa con una camioneta 4x4 cero kilómetro. El premio
grande para quien obtenga el ejemplar de corvina negra de mayor peso es un
vehículo de esas características. Pero además, los organizadores previeron
entregar otras dos pick ups de una marca japonesa y tres autos medianos como
premios alternativos.
Una de las “chatas” irá para quien obtenga la pieza mayor
(aunque no sea corvina) y otra se irá en un sorteo entre los inscriptos. Los
coches también forman parte de los laureles que se llevarán los competidores.
Hasta el número 40 de la grilla hay beneficios que incluyen electrodomésticos,
artículos de camping y de recreación.
Desde las 15 de este sábado y hasta la misma hora del
domingo la ilusión toma formato de caña y anzuelo. “Las 24 horas” (como
denominan los tresarroyenses a este evento) representan un hito de cada verano.
Un acontecimiento cargado de tradición y con el folclore que
envuelve al mundo de los pescadores. La participación en el torneo requiere,
además de la formalidad del pago de 30 mil pesos para la inscripción, de una
logística casi para especialistas.
Hay que llevar los equipos, algún vehículo y los insumos
para pasar un día a la orilla del Atlántico. No es para cualquier improvisado.
La prueba marítima está organizada por el Club Cazadores de
Tres Arroyos. La primera edición se hizo en 1962 y tuvo apenas 58 intrépidos
que retaron la resistencia y fue creciendo en volumen hasta alcanzar el récord
de participantes en 1987, con 6862 cañas anotadas. Los más de 4 mil pescadores
podrán hacer su primer lanzamiento a las 15, y desde ahí 24 horas en búsqueda
del pique ganador para el afortunado que capture la corvina negra de mayor peso
y lo haga acreedor de una Toyota Hilux 0 kilómetro 4 x 4.
El clima se hizo aliado de los pescadores esta vez. La
jornada alcanzó temperaturas máximas de hasta 30 grados y al momento de la
“larga” del concurso el mar estaba sereno y con tormenta pero no complicó el
inicio del certamen. La marea a minutos de la bajamar resulta, según loes
expertos, un buen momento para los piques.
“Como todos los años, tenemos una gran expectativa y vemos
que llega gente de todo el país. Es una respuesta a una propuesta seria en la
que siempre respetamos al pescador”, dijo el dirigente del Club de Cazadores,
Horacio Pesalaccia.
A las 15 en punto una sirena dispuso la orden de largada.
Varias toneladas de plomada cayeron sobre las olas y detrás de la rompiente de
un mar calmo. Con la tanza fue la ilusión de los competidores.
La espera será larga: un día completo a pura pesca. Pero
desde la madrugada del sábado ya había movimiento por la llegada de los
primeros contingentes.
Los conocedores buscan los sitios donde se supone que hay
mejores chances de pescar. O al menos de tener comodidades para aguantar la
extensión del concurso. Por la noche, el paisaje de las extensas playas de
Orense, Claromecó y Reta queda trastocado. Los centenares de campamentos,
casillas y carpas se asemeja a una ciudad frente al océano.
La logística para este evento demanda de más de 200 personas
que actúan como controles, asistentes y colaboradores. Recorren en vehículos
todo terreno los 40 kilómetros de pista sobre la arena para registrar las
piezas de pesca o para asistir cualquier inconveniente.




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