La Sala II de la Cámara de Apelaciones de
Dolores confirmó el dictado en primera instancia de la prisión preventiva contra
Damian Vegas y Javier Montenegro por el Femicidio de Maria Eugenia Montenegro.
Con esta medida ambos quedarán tras las
rejas hasta la realización del juicio oral en el cual podrían recibir una
condena de prisión perpetua.
En primera instancia fue la jueza María
Fernanda Hachmann la que había avalado el pedido de procesamiento con prisión
preventiva que hizo el fiscal Walter Mercuri.
Con las pruebas aportadas la sospecha firma
de la fiscalía es que ambos participaron del asesinato de Montenegro,
perpetrado en agosto pasado y por medio de varias puñaladas, y la escondieron debajo de una cama en un
pequeño departamento en el barrio Belgrano.
En el marco investigativo se dejó en claro
que una sola persona no pudo haber escondido el cadáver debajo de la cama por
el espacio del pequeño departamento en donde se cometieron los hechos en calle
2 de Abril al 1700. También se relata que el ataque a puñaladas fue entre la
1:30 del 12 de agosto y los primeros minutos del día 15; por lo que la ventana
de tiempo es grande, aunque se trabaja para situar todo en la madrugada del día
12.
Se relata que las múltiples heridas
cortantes que le dan muerte a Eugenia Montenegro se dieron, en su mayoría, en
la región del cuello y en el hombro izquierdo lo que llevó a que la mujer
perdiera la vida por un paro cardíaco al perder un gran caudal de sangre.
El fin de semana del crimen todos los que
declararon en la causa coinciden: Vegas estaba nervioso, perdido y sucio.
Buscaba relatar algo pero no se animaba. Mientras que Javier se acercaba a la
familia de la chica y mantenía contactos fluidos.
Gracias a una ampliación que se realizó de
la operación de autopsia, también se pudo determinar que alguien aplicó fuerza
en el cuello de Eugenia. Esto llevó a un desplazamiento cervical que podría
explicar un desmayo de la mujer en la previa de ser apuñalada.
En tanto, la reconstrucción del hecho
permitió dilucidar que dos persona escondieron el cadáver. Una de ellas con sus
manos llenas de sangre levantó el somier y la otra depositó cuidadosamente los
restos, sin arrastrarlos, en el piso. Toda la escena fue adulterada;
concluyeron los peritos porque encontraron que con algún elemento se busco
frenar el drenaje de sangre de la víctima al colchón en el cual se encontraba
acostada y que había mínimas manchas de sangre sobre la pared.
En la explicación del fiscal Mercuri se
indica que "no hay lógica" para pensar que un atacante desconocido
entró a la casa, asesinó a la mujer y se fue sin llevarse nada de valor.
Tampoco se puede suponer que haya levantado la cama mientras sostenía los
restos de la víctima. Además, de las declaraciones de ambos imputados surgen
datos cruzados e incoherentes sobre los movimientos de ese fin de semana.
También los dos imputados se desprendieron
de sus celulares: uno lo vendió y el otro lo rompió.
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