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Alquilaron una carpa en la playa y las estafaron por casi 100.000 pesos



Se acerca la temporada de verano y Cecilia Szalay quiso ser precavida. Ya tenía una fecha para sus vacaciones y un destino de la Costa Atlántica: San Bernardo. Tenía una compañera de viaje -su hermana Silvia- y un lugar para hospedarse. Solo faltaba un detalle y no era menor: alquilar una carpa. Depositó su confianza y su dinero en un presunto balneario, pero terminó siendo víctima de una estafa por casi 100 mil pesos.

Cecilia nunca tuvo hijos, pero tiene un perro, Teo, al que considera como tal. “Busqué en Internet justamente eso: un balneario que aceptara mascotas. Elegí uno, Aloha, que tenía una página web con fotos geniales. Al pie figuraba un número de teléfono”, le cuenta a TN y La Gente.



Silvia fue la designada para el llamado. El 18 de octubre habló con una persona que dijo llamarse Pablo, se presentó como uno de los gerentes de Aloha y le pidió abonar el 50% de la reserva.

“Como la reserva era muy adelantada, nos hicieron el 10% de descuento y quedamos en transferirle”, detalla Cecilia. Y sigue: “Ese día, este tal Pablo llamó a mi hermana y la persiguió con mensajes de WhatsApp cada 10 minutos preguntándole si había hecho la transferencia”.



Estafas verano 2023: pagaron por el alquiler de carpas para la temporada, pero cayeron en la trampa de las páginas webs clonadas

Cecilia y Silvia concretaron el pago al día siguiente: un total de $47 mil correspondientes a la mitad del alquiler por 13 días de servicio. “Le enviamos el comprobante y él dijo que estaba todo bien y que iba a enviar la factura”, menciona Cecilia.

Horas después, Silvia recibió el llamado de una persona que dijo llamarse Máximo. “Dijo que no iba a enviar el comprobante, ya que como había hecho un descuento y el valor del alquiler de las carpas presuntamente aumentaba a partir del 1 de noviembre, tenía que pagar la totalidad”, relata.



En ese momento, Silvia recordó que una prima de ambas frecuentaba San Bernardo en temporada de verano desde hace 20 años. El nombre de Aloha, balneario elegido por las hermanas, les sonaba familiar.

“La llamamos y nos dijo que sí, que ella siempre va al mismo balneario. Nos contó que lo regentean tres hermanos: Pablo, Máximo y Gabriel. Nos aclaró que ella solía tratar con Gabriel y que para la última vez que fue, en el verano del año pasado, ella había tenido que transferir el 100% del valor de la carpa en octubre de 2020″, comenta Cecilia.

El infortunio, entonces, también jugó su papel en esta historia. Confiadas en la experiencia de su prima, Cecilia y Silvia transfirieron el saldo restante el 20 de octubre: un segundo depósito de $46.600 para un valor total de $93.600. Le enviaron el comprobante de la operación a la persona que decía llamarse Maxi y recibieron la promesa de que les iba a llegar la factura.

“A partir de ese momento no tuvimos más noticias de ellos. Mi hermana los llamaba continuamente y les mandaba mensajes por WhatsApp, pero no había respuesta. Como no conocían mi número, los llamé de mi celular y tampoco contestaron. Ahí comenzamos a sospechar que habíamos caído en una estafa”, cuenta Cecilia.

La semana pasada, la prima de Cecilia y Silvia les comentó a ambas el detalle que terminaba de confirmar que todo era un engaño: “Nos dijo que el número de teléfono con el que nosotros hablábamos no era el de los representantes del balneario. Que ella había hablado con Gabriel, uno de los verdaderos propietarios, para consultarle sobre nuestra reserva, y él le respondió que no había recibido nada”.

Cecilia quedó anonadada cuando volvió a consultar la web de Aloha y corroboró que el número telefónico exhibido allí era distinto al que ella había copiado inicialmente de la misma dirección URL. “No sé cómo hicieron. Armaron una web melliza o tal vez hackearon la original. Todavía no lo sabemos concretamente. Te puedo asegurar que la página era igual. Y sin embargo, figuraba otro número”, revela la mujer.

Y agrega: “La inteligencia que hicieron (los estafadores) fue tal que se presentaron con los nombres de los dueños reales del balneario: Pablo, Maxi y Gabriel”.

“Nos dijeron que nos hagamos a la idea de que perdimos todo el dinero”

Las hermanas radicaron la denuncia contra la persona que figuraba como titular de la cuenta donde habían depositaron el dinero. La División de Operaciones de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad abrió una investigación por ‘Delito Cibernético’.

“También fuimos al banco, y allí nos comentaron que nosotras habíamos realizado la operación a través de una plataforma no bancaria, a través de un número de CVU. Nos comentaron que esas cuentas son difíciles de rastrear y que nos hagamos la idea de que habíamos perdido todo el dinero”, detalla Cecilia.

En el proceso de denunciar la estafa de la que habían sido víctimas, las hermanas recibieron de parte de funcionarios policiales la novedad de que este tipo de delitos son cada vez más frecuentes en esta época del año, y alcanzan también a las reservas de departamentos y hoteles en diferentes destinos turísticos de la Argentina.

Alertada de la situación, Cecilia quiso corroborarla por motu proprio. “Volví a comunicarme con el mismo número de la persona que me estafó. Le consulté por el alquiler de un hotel y me empezó a responder como si nada. Me quería estafar otra vez”, concluyó.




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