Luego de 40 horas de interrogantes e incertidumbre, Franco
Gavidia supo que su perrito Coco no será deportado de Argentina y deberá
iniciar la cuarentena en la zona Primaria de Aduana, donde cedieron el lugar
para que lo vacunen y pueda permanecer allí. El proceso está estipulado por 21
días aunque pueden ser menos.
El hombre y su perro habían emprendido un viaje de 48 horas
para regresar al país y al arribar al Aeropuerto Internacional de Ezeiza fue
impedido de ingresar porque al animal tenía por ocho días vencida una vacuna y
no tenía un certificado de un médico húngaro que confirmara que estaba sano.
Fueron 36 horas de desesperación en el Aeropuerto
Internacional Ministro Pistarini y el tenor se agravó cuando desde Senasa le
informaron a Gavidia que el can debía ser deportado al país de origen del
vuelo, donde ya no tenía familiares.
Gavidia es un jugador de handball argentino que disputa la
liga de Hungría y marcó récords por la cantidad de países en los que compitió.
Ahora reclama que su perro pueda iniciar una cuarentena y recibir aquí la dosis
que lo ponga al día con el calendario de vacunación requerido.
La situación pronto tomó estado publico y la imagen del
cachorro de un año y medio “detenido” pronto se hicieron viral y desató una
campaña solidaria que pedía por él: #LiberenACoco.
El pedido desesperado que se hizo viral
En esas primeras horas, el Senasa le informó al deportista
sobre “la necesidad de que vuelva al país de origen para completar la
documentación faltante” y que “se avanzó en poner al perro en custodia dentro
del aeropuerto, hasta que se resuelva su regreso a origen, salvaguardando su
bienestar, brindándole los cuidados y el alimento necesario”.
Cuando Gavidia supo de esa decisión, se puso a disposición y
comunicó al organismo que está dispuesto a hacerse responsable de los gastos
necesarios para ingresar a su perro al país. “Estoy dispuesto a pagar un
médico, una cuarentena y una multa”, dice y apenado cuenta que desde hace más
de tres horas desconoce qué sucede con el animal.
Gavidia es lateral izquierdo e integró la Selección Junior
que disputó el Panamericano y el Mundial 2011, y regresaba de Hungría para
visitar a su hija y su pareja que viven en Córdoba. Cuando en ese país fueron
advertidos por el Estado de Alarma, decidió salir rápidamente, ponerse a salvo
junto a su perro y regresar con su familia. Sin embargo, entre el susto y el
apuro olvidó completar los trámites de Coco.
“Hace 36 horas estoy durmiendo en el suelo. El vencimiento
debe tener de 8 a 9 días. Le falta también una autorización de un veterinario
húngaro diciendo que es un perro sano. Le están negando una cuarentena a mi
perro en mi propio país”, había contado con bronca y muy preocupado por lo que
podría suceder.
Aunque desde el Senasa nadie le dijo que sacrificarán al
perro, considera que su cachorro terminará muriendo si lo obligan a regresar a
Hungría porque nadie reclamará por él y tampoco podrá pasar más allá del
aeropuerto por el mismo motivo que no puede ingresar. Por esto, el deportista
inició gestiones con una abogado para resolver la situación desde la vía judicial.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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