Pablo Ventura, el joven remero que estuvo preso tres días
como sospechoso por el crimen de Fernando Báez Sosa, asesinado en enero de 2020
en la ciudad balnearia de Villa Gesell, y que poco después fue desvinculado del
caso demandó al Ministerio Público Fiscal del Poder Judicial bonaerense por 10
millones de pesos como resarcimiento por los daños sufridos por esa
"infundada e injusta detención".
La demanda, a la que accedió Télam, fue presentada por el
nuevo abogado de Ventura, Marcelo Olmos, ante el Juzgado de 1ra. Instancia en
lo Contencioso y Administrativo de Dolores.
"Se reclama del Poder Judicial de la Provincia de
Buenos Aires-Ministerio Público Fiscal en concepto de indemnización del daño
moral causado al actor por la infundada e injusta detención y a más de la
pérdida de la libertad y la alteración de la paz, de su honor mancillado y por
la exposición pública resultante, con la consecuente violación de su privacidad
e intimidad, el pago de la suma de pesos diez millones", indicó el
escrito.
En la demanda, el letrado describió la detención de Ventura
y acompañó su reclamo con distintas notas periodísticas, al tiempo que propuso
una serie de testigos para que declaren en el marco del expediente, entre otras
pruebas.
Ventura (22) fue detenido por el crimen de Báez Sosa (18) el
19 de enero de 2020 en su casa de la ciudad bonaerense de Zárate, luego lo
trasladaron a Villa Gesell donde quedó excarcelado por falta de pruebas el 21
de ese mismo mes por pedido de la fiscal de la causa Verónica Zamboni, y la
orden del juez de Garantías David Mancinelli.
Desde un primer momento, el joven y su familia aseguraron
que la noche del crimen (18 de enero), él había estado en Zárate donde cenó con
sus padres y que nunca estuvo en Villa Gesell.
Tras su liberación, el remero regresó a su domicilio y a
principios de febrero el juez Mancinelli finalmente lo sobreseyó, por lo que
quedó totalmente desvinculado de la causa.
De acuerdo a los investigadores fue uno de los diez rugbiers
involucrados por el crimen horas después del mismo en Villa Gesell quien señaló
a Ventura como sospechoso, a raíz de lo cual, la Policía lo aprehendió por
disposición del primer fiscal de la causa, Walter Mercuri, quien subrogaba a
Zamboni.
El propio Ventura dijo públicamente que a los acusados no
los conocía y que sólo se había cruzado con alguno en un boliche, y que no sabe
por qué lo mencionaron e involucraron en el hecho.
En tanto, el juicio por el crimen de Báez Sosa comenzará el
2 de enero de 2023 y tendrá a ocho rugbiers acusados que llegarán detenidos al
debate que estará a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores.
Los imputados que enfrentarán el proceso serán Máximo
Thomsen (21), Ciro Pertossi (21), Luciano Pertossi (20), Lucas Pertossi (22),
Enzo Comelli (21), Matías Benicelli (21), Blas Cinalli (20) y Ayrton Viollaz
(22).
Los ocho están acusados de "homicidio doblemente
agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más
personas", delito que prevé la prisión perpetua.
A su vez, en la causa fueron sobreseídos otros dos jóvenes
acusados de ser partícipes necesarios: Juan Pedro Guarino (19) y Alejo Milanesi
(20).
De acuerdo con la elevación a juicio, el crimen de Báez Sosa
se produjo "entre las 4.41 y las 5 del 18 de enero de 2020, frente al
local bailable ubicado en avenida 3 y paseo 102, pleno centro de la localidad
balnearia de Villa Gesell.
Según la fiscal Zamboni, los ocho jóvenes que serán juzgados
"acordaron darle muerte" al joven estudiante de derecho, y para ello
"previamente, distribuyeron funcionalmente sus roles", luego de que
"minutos antes, al encontrarse en el interior del local bailable, tuvieran
un altercado" con él, "quien se encontraba acompañado con su grupo de
amigos".
La fiscal indicó en su requerimiento que,
"aprovechándose del estado de indefensión de la víctima, con el fin de
darle muerte y cumplir con el plan acordado, los acusados le propinaron"
en el suelo "varias patadas en su rostro y cabeza", y los golpes le
produjeron "lesiones corporales internas y externas" que
"provocaron su deceso en forma casi inmediata, al causarle un paro
cardíaco producido por shock neurogénico debido a un traumatismo grave de cráneo".
El episodio quedó registrado por cámaras de seguridad y de
teléfonos celulares de testigos, por lo que los sospechosos fueron
identificados y detenidos horas más tarde en la casa que alquilaban, a pocas
cuadras del lugar.
También fueron pruebas clave el análisis de los chats y los
videos hallados en los celulares de los propios imputados y donde se hallaron
mensajes como el Lucas Petossi anunciándole al resto que Fernando
"caducó", o las pericias que encontraron sangre de la víctima en prendas
de vestir de alguno de los rugbiers.




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