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Tras cometer el crimen, un femicida llamó a sus compañeros y pidió ayuda para descuartizar y enterrar el cuerpo de su pareja: “No quiero ir preso”

Norberto Rodríguez, de 45 años, está acusado de asesinar a puñaladas y balazos a su pareja en una casa de la localidad bonaerense de San Justo, admitió ante la Justicia haber cometido el femicidio bajo el efecto de drogas, mientras que sus compañeros de trabajo aseguraron que les pidió ayuda para deshacerse del cuerpo porque “no quería ir preso”.

El hecho ocurrió en la madrugada del domingo en una vivienda en la calle Thames al 3800, en el barrio Villa Constructora, en esa localidad del partido de La Matanza, en el sudoeste del conurbano. Al arribar, los efectivos hallaron a Lezcano muerta, sobre un charco de sangre en su dormitorio, y aprehendieron a Rodríguez.

"Estaba drogado y me la mandé".

Dijo el imputado al referirse al femicidio de su pareja, Liliana Beatriz Lezcano (50), cuando declaró este mediodía ante el fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) Temática de Homicidios del Departamento Judicial La Matanza, según reveló un investigador.

El imputado reconoció así el hecho y aseguró que “estaba drogado", tal como le había dicho a una compañera de trabajo, de nombre Florencia, a quien llamó antes de ser detenido para pedirle que lo ayudara a "descuartizar y enterrar" el cuerpo de su pareja, según la propia testigo contó a la policía y detalló a la prensa.

Tras su indagatoria, el hombre quedó formalmente imputado por el "homicidio agravado por el vínculo y por haber sido cometido en contexto de violencia de género", el cual contempla como pena la prisión perpetua.

Las fuentes judiciales informaron que no existían denuncias previas de la víctima contra Rodríguez y en base al resultado preliminar de la autopsia, establecieron que Lezcano fue asesinada de dos disparos de arma de fuego, uno en el pecho, a la altura del corazón, y otro en la pierna izquierda.

También detallaron que el cuerpo de la mujer presentaba numerosas puñaladas realizadas con una cuchilla, además de algunos cortes en las extremidades que indican que el agresor intentó descuartizarla.

El escalofriante pedido del femicida a sus compañeros de trabajo

Florencia, la compañera de trabajo de Rodríguez, relató al canal C5N que cerca de las 6:30 del domingo el acusado la llamó insistentemente y que cuando por fin respondió al teléfono éste le dijo: 

"Tengo un muerto en mi casa”.

La mujer relató que le preguntó qué había pasado, a lo que Rodríguez le respondió: 

“Tomamos cerveza, tomamos pastillas, tomamos cocaína y fumamos porro. Me acosté y cuando me levanté estaba ´Lili´ muerta”.

Sorprendida y aún visiblemente conmocionada, Florencia recordó que le preguntó qué había sucedido, a lo que el ahora detenido le dijo que necesitaba ayuda porque no quería ir preso y que ella se había matado.

Tras escuchar de boca de Rodríguez que la iba a "cortar y a enterrar”, Florencia dijo que le pidió que espere y llamó a un jefe de la Policía de La Matanza para que enviara una patrulla al domicilio de su compañero, con quien trabajaba en una cooperativa de limpieza.

El jefe policial le pidió que lo calmara y le dijera que no se escapara, por lo que Florencia volvió a llamar a Rodríguez para entretenerlo y pedirle que no se fuera. 

"Si viene la policía, les tiro”.

Le manifestó el acusado, según recordó la mujer.

Finalmente, añadió la testigo, la policía ingresó a la vivienda y redujo a Rodríguez, quien quedó detenido.

La mujer agregó que cuando cortó el teléfono recibió la llamada de otro compañero de trabajo, José Luis, quien le contó que minutos antes también había recibido una llamada del sindicado femicida. 

Florencia relató que José Luis alcanzó a ir hasta la casa del acusado cuando éste le pidió ayuda y que vio que tenía un arma tumbera y que estaba el cuerpo de Lezcano en una habitación. 

"Ahora te vas a callar y a no decir nada”.

Le dijo el acusado a su amigo, tras lo cual le pidió que lo ayudara a "descuartizar el cuerpo", contó la testigo.

La testigo dijo conocía desde hacía cuatro meses a Rodríguez y que nunca había entrado a su domicilio. 

“No sé por qué me llamó a mí. Estaba viviendo una película de terror”.

Describió la mujer, quien se puso a disposición de la Justicia.

Los dichos de esa testigo y del compañero quedaron asentados primero en un acta policial y luego fueron incorporados a la causa como evidencia, ya que declararon ante el fiscal Medone. 

“Tengo hijas y amigas mujeres. La vi cuatro veces a Lili y era una buena persona, me pongo en el lugar...no puedo creer que pase esto todavía con las mujeres”.

Dijo entre lágrimas.




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