Por algo más de 3 horas la Casa de la Cultura recibió a unos
30 vecinos que se habían pre-inscripto, a funcionarios municipales y a los
expositores que respondían al privado interesado en la instalación del
crematorio en el barrio Los Pinos.
Quedó en claro que los allí presentes se oponían en su
mayoría al lugar seleccionado por la familia Santos. Hubo cruces interesantes y
preguntas que entre idas y vueltas eran respondidas.
Hace algunas semanas desde la dirección de Medio Ambiente Anabela
Fernández dijo, en CNM 93.3, que el horno tendría filtros para filtrar los
gases emanantes de la quema de cadáveres. Hoy el responsable de la venta de los
hornos, Matías Navia, dijo que esto no era así y que el aparato marca Incol
Super Jet Pack tiene dos cámaras de tratamiento para asegurar que la emisión
sea lo menos contaminante posible siempre por debajo del estándar que regula el
OPDS.
En otras de las preguntas los expositores no se ponían de
acuerdo acerca de cuándo debían limpiarse esas recámaras. Primero el vendedor
del horno dijo cada 15 días porque había que “sacar el hollín” y lo vuelque en
un contenedor que debería colocar el municipio para llevarlo a un predio de
disposición final. Anabella Fernández dijo que eso no estaba previsto y luego el
encargado del informe de impacto ambiental, Mariano Sollazo, dijo que la
limpieza era cada 6 meses. Las contradicciones durante la exposición se reiteraban
porque las preguntas se formulaban de manera distinta entonces surgían
variantes contradictorias.
El reproche de los vecinos era contra las autoridades
municipales por haber llegado a una instancia de Audiencia con casi todo
definido. El propio intendente en una entrevista del 7 de junio último que
rescató CNM Radio ya indicaba que la decisión estaba tomada y que se había
encontrado un terreno acorde.
Los expositores se defendieron con datos, los vecinos
mostraron preocupación y en el medio del tironeo quedaron los dueños que jamás
se habían imaginado una oposición tan férrea. Para el oficialismo todo está
politizado, aunque en realidad los vecinos no quieren una chimenea que emane
ningún tipo de humo. Se habló de la quema de los cajones y hubo sorpresa en
algunos presentes que sólo pensaban que se ingresaban cuerpos al horno.
También se pidieron más controles, se atacaron datos del
informe de Impacto Ambiental y de la circulación de los vientos y, en ese
punto, el ambientalista Sollazo explicó que es muy difícil saber para donde
soplará el viento de manera preponderante en un sitio como ese.
Dueños de chacras cercanas, representantes de colegios cercanos
también pidieron explicaciones.
Algo quedó claro, los vecinos cuestionan el lugar, pero no
así el proyecto.
Inclusive se explicó que hoy en Jujuy se estaba tratando el
tema en otra Audiencia Pública por la instalación de horno de igual marca y
modelo en San Pedro. La cita era real, con la salvaguarda que el lugar elegido
queda a varios kilómetros de un barrio llamado San Lucas en la Ruta 1 en el
kilómetro 60 a unos 9 kilómetros de la ciudad.
No hubo dictamen, los funcionarios no respondieron preguntas
que se reiteraban a manera de cuestionamiento hacia ellos y posiblemente lo
hagan en 30 días. Recién ahí se debe dictar un “veredicto” que podría ser por
la aprobación, la aprobación con modificaciones o el rechazo.
No se sabe qué parámetros se utilizará desde las autoridades
para hacerlo.
Sobre el final la familia interesada en colocarlo anticipó
que evaluará si sigue adelante al ver lo generado en la comunidad.




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