Home Ads

Los ingeniosos carteles de un local en Neuquén: "Con la compra de un kilo o más de carne te regalamos una selfie con el carnicero que vos quieras"




En época de vacas flacas, los argentinos se ven obligados a cambiar sus hábitos de consumo. Y no queda más que el humor popular para sobrellevar los tiempos duros, ante una inflación que no afloja. A puro ingenio, una carnicería de Neuquén intenta hacer su aporte para que a los vecinos --al menos-- se les dibuje una sonrisa.

"Alquilo costillar para selfie" y "Comer carne no es un pecado, es un milagro", son algunos de los hits de marketing del Autoservicio Alto Valle, el local ubicado en la esquina de las calles San Martín y Bejarano, a cuadras de la Terminal de Ómnibus.

Es la música que acompaña una realidad apabullante para los argentinos: pobreza, suba de precios, poca oferta de cortes y un consumo de carne por habitante que anda por el subsuelo.

En ese contexto, que por lo menos haya humor. 

"La idea es sacarle una sonrisa a la gente".

Explicó Franco Kette, encargado de la carnicería, al diario Río Negro.

El punto de partida para el recurso de la broma ante la actualidad fue en la previa de Pascuas. 

"Alto Valle: Coman carne en Semana Santa que ya no es un pecado, es un ¡milagro!".

Escribió Kette en la clásica pizarra del local.

El carnicero explicó que cambia las inscripciones cada dos meses. Porque el público y el chiste se renuevan, pero el problema persiste y hasta se agrava.

"Con la compra de un kilo o más de carne te regalamos una selfie con el carnicero que vos quieras".

Es otra de las "gangas" del autoservicio, cuyo ingenio llegó a las redes sociales.

Entre las elegidas del público, sin embargo, otra frase rankea muy alto: 

"Alquilo costillar para selfie. Una persona, $200 o hasta 6 amigos, $600".

En 2020, la carne picó en punta entre los alimentos con mayor suba en sus precios: ese año registró un incremento del 75%. Y la tendencia continuó en 2021.

Así, el asado de falda, vacío, entraña o lomo --para los paladares más exigentes y los bolsillos más pudientes-- es una escena tan tradicional como esquiva en las mesas de las familias neuquinas y argentinas, en general.

De acuerdo a sondeos, el consumo de carne cayó a 41 kilos por año por habitante, uno de sus mínimos históricos. Una realidad económica apremiante que se corona con el reciente cepo a la exportación de cortes.

No hay asado que consuele en plena pandemia del coronavirus. Quedan el humor popular y sus artistas populares.




Home Ads
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo