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Tiene 6 años, es fanático de la cultura africana y creó una campaña para ayudar a senegaleses que viven en La Plata


Ignacio Molina no recuerda qué hacían sus pequeñas manitos de 4 años sobre el teclado de un celular cuando se encontró, en 2018, con el video Waka Waka, la canción del Mundial de Sudáfrica 2010. No fue Shakira quien lo impactó sino las mujeres, niñas y jóvenes que bailaban a su lado: el ritmo, la música, sus cabellos y las sonrisas de aquellas personas son los recuerdos que el niño -hoy de sólo 6 años- tiene sobre el momento en que la cultura africana lo maravilló.

Hasta ese momento, el interés de Nacho (como le gusta que lo llamen) eran los pueblos originarios y las culturas ancestrales de quienes ocupaban este territorio antes de que fuera nombrado Argentina. 

Lo intrigó una clase en el jardín de infantes y comenzó a preguntar más sobre esas poblaciones a sus padres. Cuando comenzó a leer, poco después, hizo sus propias investigaciones, tal como hace actualmente con la historia de África. Durante la cuarentena, ese fue su pasatiempo favorito.

En esos días de confinamiento se sentaba junto a sus padres para escuchar las noticias nacionales y un día supo que mucha gente había perdido su empleo y que otros no podían salir a trabajar como antes. Entre ellos, los chicos senegaleses que solía ver vendiendo en algunas de las esquinas de La Plata. 

Preocupado, pidió ayudarlos y más tarde creó una campaña porque temía que ellos se quedaran sin comer... Ese gesto fue el inicio de la amistad entre Nacho y la comunidad senegalesa de la ciudad de las diagonales.

“En agosto, comenzamos a acercarnos a los chicos que veíamos en alguna esquina para dejarles una bolsa con comida. No nos entendíamos y no sabíamos cómo explicarles que no queríamos venderles sino ayudarlos, así que solo les sonreíamos y apoyábamos la bolsa con comida al lado. Con los meses, se nos hizo difícil lidiar con los costos de esa ayuda así que se lo expliqué a Nacho y le dije que había que pensar en otra manera para seguir con su deseo”.

Contó Laura Palmieri (44), su madre, sobre el nacimiento de Misión África, el proyecto de arte que ideó su hijo que al responder sobre esa experiencia resumió: 

“Nos fue muy bien y pude conocer como a veinte chicos de Senegal. Son todos muy buenos”.

Qué es Misión África

Luego de ver el video del Waka Waka, Nacho quiso saber más sobre el mensaje del video, de esas personas y del tercer continente más extenso del mundo. Pedía ver videos informativos y documentales en internet. Con el tiempo pudo leer solito aquello que tanto le interesaba: primero por medio de buscadores y luego por libros que le acercó su abuelo.

“Empezó a interesarse por ubicar cada país africano en un planisferio que hay en casa, luego comenzó a pintar las banderas de todos los países y cuando no había tareas para la escuela, aprovechaba ese tiempo para investigar un poco más”.

Detalló admirada su madre, que contó que tras aquella propuesta de buscar otra manera de ayudar a sus nuevos amigos, “el 1 de octubre comenzó a pintar cuadritos para cambiarlos por un alimento no perecedero y recibió bolsas completas con comida. 

No quiso venderlos sino canjearlos, hacer trueque e intercambiar sus cuadritos por esos víveres”. Como admirador de la cultura de los pueblos originarios, dice su madre que no quería una donación monetaria sino vivenciar el intercambio de bienes.

“Cuando esto arrancó hacía cinco meses que estábamos en cuarentena. Pudimos encontrar solo a dos chicos en Los Hornos, pero él quería abarcar a todos los senegaleses de la ciudad, que son unos 240. Así que cuando se decidió por hacer los cuadritos lo compartí en mi cuenta de Facebook para ver si algún amigo se copaba con la idea y fueron muchos los que pidieron cuadros. 

"Después abrí la cuenta de Instagram @mision.africa y no pasó mucho para llegaran las primeras notas en las radios locales y de dos chicos para ayudar pasamos a diecinueve. Todas las semanas les llevábamos comida”.

Recordó Laura sobre el inicio de las grandes recorridas solidarias que pudieron realizar hasta diciembre, mes en que la familia se mudó al partido de la Costa.

Preocupado por la actual lejanía, Nacho se esperanza con seguir ayudando a sus amigos —son más de 20 y nombra a cada uno— y a la vez admite que disfruta de su nueva casa en la Costa Atlántica donde puede salir a jugar a la vereda con su hermano Genaro, de 4 años, y bajo la mirada atenta de Laura y Gonzalo, sus padres.

“Ahora estamos muy ‘vacacioneros’ y mucho no puedo hacer, pero estoy aprendiendo algunas palabras con una aplicación de idiomas. Tengo que seguir aprendiendo... ¡Bah! Algunas palabras ya las sé”.

Admitió con orgullo y lamentó que pese a practicarlo mucho “el baile que hacen los nenitos de África en los videos todavía no me sale bien y el del Waka Waka tampoco”.

La idea de familia es regresar a La Plata cada dos meses, recolectar las donaciones necesarias para seguir ayudando a los amigos del niño y que entre ellos no pierdan el contacto. De todos se despidieron con la promesa de regresar y Nacho sabe que no la romperá.

Música, deportes y cultura, lo que el niño de 6 años ama de África

La presentación del Mundial de Rusia 2018 fue impactante para Laura. No por el despliegue de que hicieron los rusos sino porque cuando comenzaban a bajar las banderas de las naciones participantes notó que Nacho las conocía, sobre todo a las africanas. Como buen autodidacta, las había estudiado.

“Ahí descubrí que le gusta mucho la geografía. Es un nene que a cada cosa que le interesa la exprime, se obsesiona por saber todo. Sabe cuáles son los continentes, sus países y capitales, y gracias a ese mundial comenzó a investigar más. Y este año, durante nuestras vacaciones vio a un chico de Senegal en la Costa y se le acercó para hablarle. Como te decía, durante la cuarentena se interesó por aprender sobre la cultura y también su religión, sus costumbres y comidas... Recién ahí me di cuenta de que era algo que efectivamente le interesaba”.

Sostuvo sobre el amor naciente del niño por el lugar que sueña conocer.

Como amante de los deportes también lee sobre los atletas más conocidos en el mundo y los que triunfan en sus naciones. Kobe Bryant, Didier Drogba, Roger Milla, Yaya Touré, Sammy Wanjiru son algunos de los deportistas que menciona antes de explicar que “los africanos antes estaban más o menos en los deportes, pero ahora son unos fenómenos por como juegan y corren, ¡es imposible ganarles!”, asegura y reconoce que en esa sangre que tanto admira hay una especial genética campeona que luchó mucho por llegar a los podios que ocuparon.

“Lo que más le gusta es saber que la mayoría de ellos ayudan a sus pueblos nativos, que no olvidan sus raíces. Eso lo alienta y emociona mucho”.

Destacó Laura, profesora de teatro para nenas y nenes con sordera que hasta 2020 trabajó en escuelas regionales y un centro cultural de La Plata.

Ante la pregunta quiénes son sus deportistas favoritos, el niño menciona a más de quince, entre africanos y afroamericanos, y confiesa que a los que más sigue son a los futbolistas y basquetbolistas porque esos son los deportes que le gustan.

“Kobe Bryant fue mi jugador favorito, pero hay muchos africanos jugando baloncesto y me gusta verlos, y saber cómo eran ellos y sus familias".

Dijo el niño y su madre agregó:

“Suelo decirle que lo correcto es ayudar a otras personas. Él tiene mucha inclinación por la cultura africana y soñaba con hacer amigos que hayan nacido allá, pero les enseñamos a nuestros dos hijos que no importa de dónde sean las personas, que siempre hay que ayudar a quienes necesitan”.

La orgullosa madre confía que recibe muchos mensajes que destacan la iniciativa de su hijo y los que más la emocionan son los de migrantes de otras naciones. 

“Nos han escrito muchos colombianos y venezolanos, ellos saben que, económicamente, todo es difícil para los migrantes, que es difícil estar lejos de su familia y el hecho de que llegue un niño que de corazón se acerque para ayudarlos los emociona. Los propios chicos senegaleses, sus amigos, no dejan de destacar lo buena persona que es Nacho y yo como madre no puedo más que sentir un gran orgullo”.

Finalizó.

Nacho anhela conocer África y caminar entre su gente cuando cumpla 18 años. Quiere llegar allí junto a Jimy, uno de sus grandes amigos, nacido en Senegal y reconocido youtuber de La Plata. Mientras, usa una app para aprender el idioma y sabe “varias palabras”, asegura el niño que admite que sus amigos senegaleses “son muy buenos y divertidos”.

El Negro Jimy es uno de los migrantes de Senegal que vive en La Plata, que conoció a Nacho y de quien se hizo amigo. El hombre es youtuber y compartió con sus más de 10800 seguidores la charla que tuvo con el niño que explicó sobre su proyecto solidario y además lo sorprendió por sus conocimientos sobre África.



 



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