
Son al menos cuatro las personas que participan del momento crucial de la crucifixión de Jesús y, aunque los espectadores no lo perciben, deben coordinar cada uno de los movimientos con los guardias.
La Pasión desde hace unos 18 años aplica un sistema que le da movilidad a la cruz, la eleva unos 4 metros y la destaca. En el inició de la función no aparece a simple vista, pero está escondida en el piso del escenario Coco Degen y los integrantes del pueblo deben esquivarla.
Una vez desplegada y montada se mantiene erguida hasta el final, como símbolo principal de la estructura.
Luciano Bravo, Juan Pablo Lorente, "Paly" Bergese y Mauricio Romero transpiran, apagan las linternas que llevan adosadas a sus frentes, acomodan las luces y le dan rosca a la manibela que llevan a Jesús a la altura.
Una vez superados esos 10 minutos de tensión, se miran, se felicitan y festejan con un trago de alguna bebida alcoholica que aparece en una petaca.



Redes