Este viernes se confirmó la detección en Argentina del subclado K de la gripe A (H3N2) y la mala noticia llegó con otra relativamente buena bajo el brazo. Clarín pudo confirmar que desde que se tomó la muestra de uno de los pacientes hasta que se conoció el resultado pasaron más de dos meses. Si embargo, en ese periodo no se detectó un incremento anormal de los casos de influenza.
Si bien en las últimas horas el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, contó en su cuenta de X que la muestra de uno de los tres primeros casos registrados, el de un paciente de 5 años, fue enviada al Malbrán el 7 de octubre, en realidad esa fue la fecha en que dicha muestra fue tomada en el Hospital Garrahan, donde el menor estuvo internado durante dos días.
Según un documento del Malbrán al que tuvo acceso este medio, la muestra ingresó al centro de referencia para ser secuenciada recién el 20 de noviembre. “El siguiente día hábil fue el 25”, aclararon desde el Ministerio de Salud de la Nación, debido a los feriados que hubo esa semana. Lo que no está claro es qué sucedió entre el 7 de octubre y el 20 de noviembre, algo que al cierre de esta nota no había sido aclarado por las autoridades.
Desde que la muestra ingresó en el Malbrán -o desde que el instituto pudo empezar a secuenciarla- pasaron 24 días hasta que se conoció el resultado, un lapso poco habitual para este tipo de análisis. Fuentes del Malbrán ofrecieron a Clarín detalles de los motivos por los que, en este caso, los tiempos se estiraron más de lo que suele suceder con otro tipo de muestras.
“En los casos de muestras derivadas con diagnóstico de influenza tipo A, la caracterización inicial incluye la determinación del subtipo viral, habitualmente H1 o H3. En esta oportunidad, la muestra presentó un patrón de resultados no concluyente, lo que impidió su asignación inmediata a un subtipo definido”, explicaron.
Añadieron que “ante esta situación fue necesario ensayar sucesivamente distintos sistemas de identificación disponibles. Una vez definido el subtipo viral como H3N2 y considerando el contexto epidemiológico vigente, caracterizado por la emergencia del subclado K, se resolvió avanzar con el análisis genómico de la muestra como estrategia confirmatoria y de vigilancia”.
Finalmente -dijeron-, “gracias a este esfuerzo pudo determinarse retrospectivamente que se trataba de un caso del nuevo subclado, permitiendo datar con mayor precisión la posible circulación en el país”. Toda esta aclaración ocurrió luego de que desde la provincia de Buenos Aires -donde reside el menor de 5 años- se especulara con un supuesto déficit del Malbrán. Como se explicó, esa demora -en caso de efectivamente haber existido- tuvo lugar antes y aún no se conoce bien la causa.
Una ventana de más de dos meses
Como sea, esto significa que transcurrieron dos meses y doce días desde que el paciente fue atendido en el mayor centro de salud pediátrico del país, por lo que incluso desde antes el niño podría haber estado en condiciones de transmitir el virus a más personas. Sin embargo, a juzgar por el escenario sanitario que se vivió desde ese momento hasta el presente, eso no ocurrió en la medida de la mayor contagiosidad que se le atribuye al nuevo patógeno, por ser capaz de burlar en parte la inmunidad adquirida.
Concretamente, el Malbrán indicó en un comunicado oficial, tras confirmar la aparición de los primeros tres casos -los otros dos son de adolescentes de Santa Cruz- que “la vigilancia integrada de influenza y otros virus respiratorios muestra que la circulación viral en el país se mantiene dentro de los valores esperados par la época del año”.
Con esta información ahora se sabe que el virus ya estaba presente en Argentina aún antes de que los hospitales en Europa se estresaran por la demanda que implicó la circulación de la cepa H3N2 K. Algo similar sucedió en Perú, cuando al confirmarse los primeros casos se informó que el virus ya estaba circulando en ese país desde hacía algunos meses.
A diferencia de lo que ocurrió en el hemisferio norte, en Argentina las consecuencias de la llegada del virus mutado, dado el tiempo transcurrido desde entonces, tomaron otro carril, lo que en parte se debería a la época del año más templada en que el arribo ha tenido lugar. El clima frío y la vida en ambientes cerrados son los principales aliados del patógeno para que contagie con mayor celeridad.
De todas maneras, el Ministerio de Salud de la Nación advirtió que los cambios genéticos que presenta el subclado k se asocian a "una mayor transmisibilidad", lo que podría favorecer "un aumento en el número de casos y en las consultas al sistema de salud".
Por ese motivo, recomendó mantener las medidas de cuidado, como "lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón, cubrirse la boca con el pliegue del codo al toser o estornudar, evitar compartir objetos personales, limpiar y desinfectar las superficies en contacto con personas enfermas, y ventilar adecuadamente los ambientes"
Además, completar los esquemas de vacunación: los niños de 6 a 24 meses, las embarazadas y puérperas, las personas de 2 a 64 años con factores de riesgo, los mayores de 65 años y el personal de salud y estratégico, que deben ser inmunizados una vez al año.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo

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