
En una extensa entrevista en Canal 8 Stream, el analista político reflexionó sobre el oficio periodístico, la polarización, el fenómeno Milei, el avance del narcotráfico, la crisis del sistema político y el futuro del peronismo.
Carlos Pagni fue protagonista de una charla profunda y sin concesiones en " Mesa Chica ", conducido por Mariano Suárez y Marcelo Pasetti. En un recorrido que combinó reflexión profesional, análisis político y memoria personal, el periodista abordó los principales dilemas del presente argentino y compartió su mirada sobre el poder, la democracia y el rol del periodismo en tiempos de polarización.
Lejos de detenerse en la influencia que hoy tienen sus columnas y análisis, Pagni recurrió a una anécdota para explicar su posicionamiento frente al reconocimiento público. Recordó una presentación de Astor Piazzolla en el Teatro Regina, cuando el músico dijo que lo único que esperaba era “tocar bien”. “Tratar de hacer bien lo que hago y que me guste a mí. Supongo que si me gusta a mí, le puede gustar a algún otro”, explicó, y sostuvo que no tener demasiada conciencia del efecto de lo que uno produce es saludable: “Eso en general suele ser inhibitorio”.
Acerca de su profesión, Pagni rechazó una idea esquemática del trabajo periodístico. “No hay algo tan organizado como preparación o producción. Uno vive en esto ”, afirmó. Señaló que el periodismo es un oficio que “te toma la vida” porque trabaja con la novedad y convierte cualquier hecho en potencial noticia.
Describió una dinámica constante de conversaciones, llamados y mensajes, incluso los fines de semana, con un amplio círculo de interlocutores que no siempre son actores políticos, pero que ayudan a pensar la realidad. “Trato de no dejar nada cerrado en mi cabeza hasta el último minuto”, explicó, y contó que incluso camino al canal sigue hablando con personas con las que había quedado en contacto durante el día. El análisis final, aseguró, se termina de elaborar “en las últimas dos horas”.
A su critero, el gran desafío del periodismo actual es sostener una posición propia , distinta de la de los actores que narra. Para eso, señaló, se requiere autonomía intelectual, formación y un esfuerzo constante por no dejarse arrastrar por la corriente dominante.
En ese marco, advirtió que la polarización ha traicionado ese ideal. “Lo que uno ve es un periodismo militante de uno u otro lado, que se va radicalizando”, afirmó. Diferenció compromiso de militancia y fue preciso: el periodismo se vuelve militante cuando aplica sus criterios de manera selectiva. “Si veo la corrupción en Cristina pero no la puedo ver en Macri o en Milei, me convertí en un militante”.
Amplió la mirada al plano internacional y puso como ejemplo a Estados Unidos, donde cadenas como CNN y Fox no ofrecen dos opiniones sobre un mismo fenómeno, sino “dos países distintos, con agendas distintas”. Para Pagni, esto forma parte de una crisis más amplia de la cultura política y cívica, agravada por las redes sociales y los algoritmos, que refuerzan cámaras de eco y dificultan el diálogo democrático.
Al analizar el gobierno de Javier Milei , Pagni sostuvo que el presidente no está cambiando las estructuras de poder, sino forzando sus límites desde adentro. “Tiene un discurso rupturista , quiere hacer una revolución, pero para hacerla tiene que pactar con aquellos que deben ser revolucionados”, explicó.
A diferencia del populismo de derecha de los años 30, señaló que Milei opera dentro del sistema y por eso debe negociar con el Congreso y con sectores de la llamada “casta”. En ese proceso, afirmó, el Presidente descubrió que necesita a la propia casta para gobernar. Consideró que hay cambios y también conservación, y que Milei administra esa tensión con astucia, como se ve en áreas como la reforma laboral, la industria farmacéutica o el régimen de Tierra del Fuego.
Pagni observó además un estilo de liderazgo visceral y personalista, más propio del caudillo político que del tecnócrata, y lo vinculó al éxito del mandatario. “Eso no se aprende, es carácter”, señaló, comparándolo con figuras como Menem, Alfonsín o Kirchner.
Respecto del triunfo electoral de Milei, Pagni afirmó que no fue subestimado sino desconocido . “El experimento más interesante de 2023 es que el 30% del electorado fue hacia lo desconocido ”, sostuvo, impulsado por el repudio y la asfixia frente a lo conocido.
Ese fenómeno, explicó, generó una sensación de incertidumbre generalizada: un presidente que llegó al poder “con un piolín y dos palitos”, sin estructura, sin gobernadores, sin legisladores, sin equipo ni programa. “Entonces pareciera que todo es posible”, describió.
Pagni dedicó un extenso tramo de la entrevista a describir lo que consideró un cambio profundo en la Argentina de los últimos años, vinculado al avance del narcotráfico. Enumeró episodios que, a su juicio, configuran “otro país”: tiroteos narcos, financiamiento político sospechado, asesinatos ligados a bandas criminales, cuevas financieras con dinero del narco y el colapso de sectores de la justicia en Santa Fe.
Recordó una experiencia personal al leer en la tapa de un diario un tiroteo narco en Unicenter y señaló que ese tipo de noticias eran impensables años atrás. “Estoy contando un país muy distinto del que vivíamos hace 5 o 10 años”, afirmó.
En ese contexto, retomó una advertencia que había escuchado tiempo atrás: que las campañas políticas son tan caras que solo el narcotráfico podría financiarlas. “No sé si estamos a las puertas o ya adentro de eso”, dijo, con cautela.
El avance de estas mafias, aseguró, ocurre en paralelo al repliegue de la política como sistema. Analizó especialmente el conurbano bonaerense, donde sostuvo que el Estado ya no cubre todos los espacios y el narcotráfico presta servicios, ofrece trabajo y construye horizontes de vida.
En ese marco interpretó el fenómeno Milei como una respuesta social a la percepción de que la política tradicional ya no puede resolver esa agenda. Recordó una reflexión inicial de Mussolini en 1919, sobre una clase política que solo se preparaba para el próximo derrumbe, y la vinculó con la sensación argentina de vivir a la espera de la próxima crisis.
Pagni consideró que la esperanza social actual se vincula a un logro concreto del gobierno : la baja de la inflación . “Milei vio el tema”, afirmó, citando a Ortega y Gasset y su idea del “tema de nuestro tiempo”. Señaló que la inflación es un problema estructural desde 2005 y especialmente grave en un país con alta informalidad laboral.
Sostuvo que el crédito político del Presidente depende de su capacidad para renovar la agenda, ya que ahora emergen problemas como la pobreza y el empleo. Advirtió que reducir la inflación a costa de generar desempleo puede llevar a un callejón sin salida, como ocurrió en gobiernos anteriores.
En materia de oposición, consideró que se encuentra en plena transformación, sin liderazgos claros. Destacó como novedad histórica el repliegue territorial del peronismo, que ya no domina el interior del país. Señaló que el kirchnerismo quedó reducido a un partido bonaerense y que el poder real en la provincia está en los intendentes.
"El peronismo está en una situación muy extraña. Nunca vimos un peronismo tan replegado a nivel territorial. Es una novedad de la Argentina, ya no tiene el monopolio del interior. El kirchnerismo, se transformó en un partido provincial de Buenos Aires, y no puede salir de eso . Y agrego: el kirchnerismo se transformó en la izquierda del dualdismo. Porque lo que hay en Buenos Aires no es kirchnerismo, es el aparato bonaerense", sentenció.
Analizó las tensiones internas entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, y sostuvo que Cristina conserva una gran habilidad política, aunque limitada por su rigidez ideológica . Consideró que, por ahora, Kicillof sigue siendo la única figura posible, aunque sin autonomía plena.
Advirtió que la falta de un adversario político claro fortalece a Milei, pero también intensifica los conflictos internos dentro del gobierno.
Consultado por su vínculo con Mar del Plata, Pagni sostuvo que la ciudad es una reducción a escala de la historia social argentina. Recordó su origen aristocrático, su popularización con el peronismo y la posterior fragmentación social que expulsó a los sectores más acomodados.
Relató su formación personal en la ciudad, a la que llegó a los 14 años y donde vivió hasta los 29. Destacó el valor del tiempo, la vida cultural y la experiencia formativa que, aseguró, fue decisiva: “Yo no sería quien soy si hubiera vivido esos años en otra ciudad”.
Pagni llegó al periodismo casi por azar: hablando de historia en LU6, y luego a través de colaboraciones en Ámbito Financiero. Recordó figuras clave como Ignacio Zuleika, el cura Pascual Bonfigli — a quien definió como determinante en su vida— y su vínculo con Luis Barrionuevo, a quien conoció en una charla que le permitió “correr el vidrio esmerilado” y ver la política en su crudeza.
Esa relación, señaló, fue clave para acceder a información y entrevistas decisivas, y forma parte de una etapa central de su formación como periodista político.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo

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