Con el 66% de participación, se trata de la concurrencia más baja desde el regreso de la democracia en una elección legislativa. La cifra quedó incluso por debajo de la de 2021, cuando el 71% del padrón acudió a las urnas.
El cierre de los comicios en todo el país marca el inicio de una noche clave para el futuro político argentino. Millones de ciudadanos votaron este domingo en las elecciones legislativas 2025, en las que se definirá la nueva composición del Congreso Nacional. Se trata de una elección de medio término que pondrá a prueba el nivel de apoyo con el que cuenta el gobierno de Javier Milei, y servirá también como termómetro del humor social hacia las principales fuerzas políticas del país.
Por primera vez en una elección nacional, se utilizó la Boleta Única de Papel (BUP), un formato aprobado por ley en 2024 con el objetivo de reducir costos, modernizar el sistema electoral y mejorar la transparencia del proceso. La implementación fue observada con atención por todos los partidos y por organismos internacionales que siguieron la jornada.
Desde temprano, la participación fue más baja de lo esperado. Si bien en algunos distritos del interior se registraron buenas cifras de votación, en los grandes centros urbanos la afluencia fue menor, reflejando un creciente desinterés o desencanto ciudadano con la dirigencia política.
Para el oficialismo de La Libertad Avanza, la meta era consolidar su presencia legislativa y alcanzar un bloque que le permita aprobar leyes sin depender en exceso de alianzas ocasionales. Aunque en la previa se hablaba de un posible crecimiento en distritos como Córdoba, Mendoza y la Ciudad de Buenos Aires, los analistas coincidían en que el oficialismo difícilmente lograría una mayoría propia. El gobierno apostó a captar al electorado independiente y a sectores que habían votado por Juntos por el Cambio en 2021, presentándose como la única alternativa a la “vieja política”.
En paralelo, Fuerza Patria, la coalición que nuclea al peronismo y sectores del kirchnerismo, enfrentó una jornada decisiva. Los resultados de esta elección marcarán el punto de partida para su reconstrucción de cara a 2027, luego de años de divisiones internas y pérdida de territorios provinciales. Sus principales figuras, entre ellas algunos gobernadores y referentes sindicales, plantearon la necesidad de “reordenar el movimiento” y recuperar el contacto con los sectores populares afectados por la crisis económica.
Una de las incógnitas de la jornada fue el desempeño de Provincias Unidas, el espacio conformado por los gobernadores de Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Jujuy y Chubut, quienes decidieron romper con las estructuras tradicionales y armar una alternativa de perfil federal. Con el apoyo de dirigentes locales, sectores empresariales y movimientos provinciales, buscan proyectarse como una tercera fuerza estable y posicionar a uno de sus referentes como presidenciable para 2027.
Los sondeos previos mostraban un escenario fragmentado, sin una fuerza dominante y con un Congreso que, una vez más, obligará a negociar cada ley. En Diputados se renovaron 130 bancas, mientras que en el Senado se pusieron en juego 24 escaños correspondientes a ocho provincias.
El conteo oficial de votos comenzó pasadas las 18 horas y se espera que las primeras tendencias oficiales empiecen a conocerse entre las 21 y las 22. Desde el Ministerio del Interior adelantaron que la carga de datos será “más ágil” debido al nuevo sistema de Boleta Única, aunque advirtieron que los resultados finales podrían demorarse en las provincias con menor conectividad.
Mientras tanto, los principales dirigentes permanecen reunidos en sus búnkers de campaña. En el oficialismo reina el optimismo moderado; en el peronismo, cautela y expectativa por mantener las bancas clave en el Senado; y en el naciente espacio de los gobernadores, confianza por haber logrado instalarse como una alternativa con proyección nacional.
La jornada electoral transcurrió sin mayores incidentes, aunque se registraron algunos retrasos en la apertura de mesas y denuncias menores sobre boletas mal impresas en el nuevo sistema. En general, las autoridades de mesa y los fiscales partidarios destacaron la buena aceptación de la Boleta Única por parte de los votantes.
El clima político se mantiene en vilo. La elección de 2025 no solo definirá cuántos escaños obtiene cada fuerza, sino también qué rumbo tomará el país en los próximos años, en un contexto de recesión, inflación persistente y tensión social. La atención está puesta en el Congreso, pero también en lo simbólico: cuánto respaldo conserva Milei a mitad de su mandato y quiénes se perfilan como sus eventuales competidores para 2027.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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