“Me taparon con una frazada y me callaron”, con esa
impactante frase comenzó el relato del calvario que vivió una adolescente de 16
años que denunció haber sido abusada sexualmente por cuatro jóvenes en Córdoba.
Más de un año después del episodio, la causa fue elevada a juicio.
El infierno comenzó la noche del sábado 8 de junio de 2024,
cuando la víctima decidió salir a bailar a un boliche de Villa Carlos Paz. Allí
se encontró con un grupo de cuatro chicos que eran de Bialet Massé, donde todos
vivían.
Entrada la madrugada, la joven debía regresar a su casa con
una amiga que ya se había ido. Por eso, se encontró con otra conocida y juntas
se subieron a la camioneta del grupo de chicos de Bialet Massé.
La adolescente los conocía porque había mantenido una
relación informal con uno de ellos.
“Cuando se bajó su amiga, ella se quedó sin batería en el
celular y le ofrecieron parar en la casa de uno de los chicos para cargarlo y
así avisarle a su padre que la fuera a buscar", contó a TN el abogado de
la familia, Facundo Amoedo.
Amoedo aclaró que la víctima tenía confianza con uno de los
jóvenes: “Los padres conocían a los papás del chico, no había motivos para
desconfiar de nada”.
Cuando entraron a la casa, le indicaron a la joven que el
cargador estaba en una de las habitaciones de arriba. “Está ahí, enchufalo y
manejate, tranqui”, le dijeron. Jamás pensó lo que pasaría después.
De acuerdo al relato de la víctima, unos minutos más tarde,
los cuatro jóvenes se desnudaron y la obligaron a tener sexo.
“Prácticamente no pudo resistirse. Ella estaba alcoholizada
y había una superioridad numérica muy impactante: era una adolescente de 16
contra dos de su misma edad, uno de 17 y uno de 18″, señaló Amoedo.
El abogado remarcó que la joven les hizo saber a los
agresores que "no estaba dispuesta" y aclaró que se trató de “un
abuso sexual”.
Parte de lo impactante del relato es que los padres de uno
de los presuntos abusadores estaban en la casa. Aparentemente, según dijo
Amoedo, no habrían notado nada porque “los chicos estaban encerrados en la
habitación y habían puesto música”.
Sin embargo, el abogado contó que el padre dueño de la casa
golpeó y abrió la puerta de la habitación, pero que los acusados ocultaron a la
víctima: “La taparon con una frazada y la callaron. Su hijo habló y después
siguieron abusando de ella“.
En paralelo al brutal abuso que sufría su hija, los padres
de la víctima la buscaban por todo Córdoba porque no tenían novedades de ella.
Hasta que dieron con su amiga, quien les indicó dónde estaba.
“La madre sabía dónde era, fue en auto, empezó a golpear y
no la atendían. En ese momento, la víctima se tuvo que vestir rápidamente y
como no encontró su short se puso el jogging de uno de los chicos”, explicó el
abogado.
La víctima aguantó todo lo que pudo sin contarles a sus
padres. Pero cuando terminó el viaje y llegó a su casa, rompió en llanto y
reveló lo que había sufrido.
A partir de ese relato, los padres hicieron la denuncia y
comenzó un periplo judicial de más de un año.
Las amenazas a la familia de la víctima
Desde que la denuncia se hizo formal ante la Justicia, la
familia de la víctima sufrió distintas amenazas tanto por redes sociales como
en la peluquería donde trabaja la madre de la joven.
“El local fue baleado por el padre de uno de los imputados.
Frenó enfrente, disparó cinco veces y se dio a la fuga”, contó Amoedo.
La causa avanzó con celeridad, el hombre fue identificado,
detenido, procesado y condenado. A día de hoy ya recuperó la libertad.
A partir de estas agresiones, la familia de la víctima —que
prefiere no hablar con los medios— está analizando abandonar directamente
Bialet Massé. “Todos saben quién es la víctima, la señalan y señalan a los
padres”, explicó.
“Para ellos se hace muy difícil el día a día, además de
estas amenazas sufren permanentemente provocaciones. Les cruzan el auto, los
miran y les hacen señas", remarcó Amoedo.
El abogado planteó que la familia de la víctima “procuró no
darle entidad al tema en los medios para resguardar la identidad de la chica”,
mientras que acusó a los imputados de “intentar establecer un relato con
falacias”.
En ese sentido, agregó: “La familia desde un primer momento
entendió que la única función era acudir a la Justicia, y que determine la
culpabilidad del hecho. No tiene intenciones de reclamar algo de dinero, solo
pretende que se haga justicia”.
Elevaron a juicio la causa: cuál será el futuro de los tres menores
La causa está radicada en la Cámara Criminal y Correccional
de Cruz del Eje. A mediados de este mes se realizará la audiencia preliminar
donde se resolverán las cuestiones vinculadas a las pruebas, a la modalidad de
juicio y a la fecha del comienzo del debate.
La fiscal a cargo de la investigación acusó a los cuatro
sospechosos por el delito de abuso sexual grupal, pero solo uno afrontará el
juicio que se hará en octubre.
“Los menores no quedan libres porque son imputables y punibles,
tenían más de 16 años y cometieron un delito que supera holgadamente los 2 años
y medio de prisión. Van a ser juzgados por un tribunal de menores una vez que
cumplan la mayoría de edad", explicó Amoedo. El mayor de edad fue
identificado como Martiniano Flores Correchier.
Con respecto a la investigación, para el abogado de la
familia de la víctima "hay muchos elementos de prueba" que complican
a los acusados.
“En la declaración de la víctima hay una expresión muy
detallada de cómo fueron los hechos. No es que solo dijo que fue abusada,
detalló cómo se dieron los abusos y qué hizo cada uno".
Amoedo también contó que “hay pericias psicológicas hechas a
la víctima que revelan que no tiene tendencias a la mitomanía”, mientras aclaró
que “los imputados no quisieron someterse a las pericias psicológicas”.
Las cámaras también son claves en la investigación. La fiscalía
reconstruyó el camino que la joven hizo hasta la casa de uno de los acusados y
los padres de la víctima ratifican que estuvo allí.
La postura de los jóvenes es contundente: aclaran que hubo
relaciones sexuales con la joven, pero que se trató de algo consentido.
“El relato exacto que dio la testigo, ellos lo reconocieron,
solo que difieren en que sostienen que fue consentido. Ellos aducen que la
chica quería tener relaciones con ellos”, explicó Amoedo.
Según pudo saber TN, el mayor de los acusados dijo que “la
víctima estaba agradecida por la situación que había pasado”. ”No se condice
con el apuro de ella y el estado en que la encontró la madre", explicó
Amoedo.
Sin embargo, la apertura de teléfonos complica la situación
procesal de los cuatro. Los investigadores constataron que hay mensajes
borrados e incluso descubrieron conversaciones en las que dan a entender, según
el abogado, que “algo malo” hicieron.
Así lo reflejó el defensor de la víctima: “El grupo tiene
muchos mensajes borrados, alguno subía algo, lo borraba, y lo puteaban. Hay una
breve conversación entre un involucrado y su hermano, donde surge esta
situación".
“Es un proceso donde se respetó todo. Tuvieron un abogado,
tuvieron la posibilidad de ofrecer prueba, controlar la prueba, recurrir las
resoluciones y no han hecho casi nada de eso”, sentenció Facundo Amoedo.



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