En medio de un clima político cargado de tensiones y acusaciones cruzadas, la vicepresidenta Victoria Villarruel visitó este sábado Comodoro Rivadavia para participar de la inauguración del muro de contención costero en las inmediaciones del Hospital Alvear.
Acompañada por el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, el vicegobernador Gustavo Menna, el intendente Othar Macharashvili y la diputada Ana Clara Romero, Villarruel definió el momento que atraviesa la Argentina como “difícil y bastante confuso”, una descripción que, sin nombrarlo, parece abarcar tanto la situación económica como la interna política del oficialismo.
Consultada por su relación con el presidente Javier Milei y su hermana Karina, la vice fue escueta: “Es estrictamente institucional”, aclaró, en línea con la postura de su entorno, que asegura que no se pronunciará sobre el escándalo de presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad “por respeto al Presidente”.
La dirigente evitó ahondar en la crisis interna desatada por los audios que involucran a Diego Spagnuolo, exdirector de la Andis, y que salpican indirectamente a figuras del círculo más cercano de Milei. “Ella lo prioriza y lo priorizará”, sostienen en su equipo, pese a que el propio mandatario la señaló como “traidora” tras derrotas legislativas en el Senado.
En diálogo con medios locales, Villarruel buscó transmitir calma:
“A mí me votaron como Vicepresidenta y estoy cumpliendo con toda responsabilidad y rectitud mi obligación institucional, que es presidir el Senado de la Nación. Quiero darle tranquilidad a los argentinos de que, más allá de los devenires políticos, estoy cumpliendo con mi rol con probidad”.
La vicepresidenta defendió su estilo activo, marcando distancia de otros antecesores:
“Nos acostumbramos a que los vicepresidentes eran una figura decorativa que no hacía absolutamente nada, y no es mi caso. Parte de mi rol es recorrer las provincias, tratar con los senadores y gobernadores, y escuchar sus necesidades”.
Durante su paso por la provincia, Villarruel también participó del acto por los 90 años del pueblo de Río Mayo, donde recordó haber vivido en 1987 por el destino militar de su padre. En redes agradeció la invitación del gobernador Torres y del intendente Gustavo Loyaute.
La visita se dio en un momento en el que el Ejecutivo enfrenta su prueba más dura, con denuncias que involucran a Karina Milei y a Eduardo “Lule” Menem. En este contexto, Villarruel subrayó:
“Es la función institucional y la cumplo de acuerdo a lo que necesita el país, sin realizar ningún acto que quede fuera de lo que también pretende La Libertad Avanza”.
Sin embargo, la tensión con sectores del kirchnerismo escaló en paralelo a su gira patagónica. En X, Villarruel cruzó a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, luego de que la dirigente camporista la vinculara a las supuestas coimas en discapacidad y la acusara de formar parte de “una banda de corruptos”.
“Dejá de bolsillear gente y tratame con respeto que soy la vicepresidente de la Nación”, le respondió Villarruel.
El cruce surgió después de que Mendoza recordara en redes un intercambio de 2020 entre Villarruel y Spagnuolo, previo a su llegada al Congreso, en el que se lanzaban ironías y chicanas. Aunque en los audios filtrados el exfuncionario no la nombra, dentro del oficialismo libertario persisten las suspicacias sobre su posible relación con la filtración, en el marco de la interna con el Presidente.
Aun así, desde Chubut, Villarruel se mantuvo firme en su mensaje institucional:
“Más allá de las discusiones políticas, mi compromiso es con el cargo que ocupo y con la gente que me eligió. Ese es mi norte y lo voy a cumplir con seriedad”.
El acto en Comodoro cerró con la imagen de Villarruel junto a Torres y autoridades locales, mientras la Vice prometía seguir recorriendo el país para “escuchar en primera persona lo que pasa en cada rincón de la Argentina”.



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