“Me mandé una cagada, me está buscando la Policía”, le dijo
Rodrigo López (24) a su primo, a quien no veía hacía más de una década. El
hombre no lo reconoció hasta que el joven se identificó por su apodo, “Piñón”.
El dueño de la casa le respondió que lo comprometía y le pidió que se retirara
del lugar.
En ese mismo momento llegó al lugar la Policía. “Piñón”
López era intensamente buscado desde hacía más de 12 horas por el crimen de
Rosa Candela Santa María (24), quien apareció asesinada de un disparo en el
interior de su auto cero kilómetro que usaba para trabajar en aplicaciones de
viajes.
López no esperó, tomó el arma que llevaba, apuntó a su
cabeza y se pegó un tiro en el patio del fondo de la casa de su primo. No
intentó escapar. Sabía que, de ser detenido, posiblemente tendría una condena a
prisión perpetua.
Atrás quedaron las publicaciones en su perfil de Facebook
donde se declaraba inocente y decía que era amigo de Candela. Tres testigos
dijeron que él fue quien se subió el Fiat Cronos negro de la joven en la
madrugada de este sábado y que dos minutos después escapó del lugar.
La investigación determinó que Santa María manejó unas 15
cuadras hasta la esquina de las calles Coronel Ramos y La Bastilla, de González
Catán, pero no fue a buscar a un pasajero, sino que había arreglado encontrarse
con López para realizar posiblemente la transacción de un arma de fuego.
En el piso del asiento del acompañante se encontró una caja
de una pistola Taurus 9 milímetros, posiblemente la que se utilizó para matarla
de un disparo en la cara.
El caso, que tuvo como primeras hipótesis el suicidio (por
la manera en que apareció el cuerpo recostado sobre el asiento) y un homicidio
en ocasión de robo, derivó a una historia de dos conocidos y un negocio que se
está investigando y que tiene que ver con la venta de armas y municiones.
El crimen
Santa María logró comprar su auto hacía apenas cuatro meses.
Trabajaba como chofer en distintas aplicaciones como Uber y DiDi. Primero con
una moto, luego con un Fiat Cronos. Era la menor de cuatro hermanos y vivía con
su madre en González Catán.
En la noche del viernes llegó a su casa, dejó su celular del
trabajo y agarró otro, marca iPhone. Subió a su auto y se dirigió hasta Coronel
Ramos y La Bastilla.
Soledad, amiga cercana, fue la última en verla con vida. “Me
dijo: ‘Ahí vengo’. Eran las doce menos veinte. A las doce la llamo porque sabía
que no tardaba, pero no atendía. Le ponía ‘¿Qué onda?’, ‘¿Estás bien?’. Le
mandaba mensajes, la llamaba, nada. Y ahí me agarró un ataque de pánico. Yo la
esperaba, pensé que capaz se sentía mal y se fue a la casa. Pero no”, dijo a
Clarín en el medio de la protesta que realizaron familiares y amigos sobre la
ruta 3 y el kilómetro 21.
Una vez en el destino, se subió un joven por la puerta del
acompañante. "Hay tres testigos que dijeron que lo vieron (al sospechoso)
salir corriendo. Las cámaras muestran cuando llega el auto, pone balizas. Sube
el joven y a los dos minutos sale corriendo", relató un investigador.
Según el detective, el lugar donde ocurrió el hecho fue
frente a la casa del acusado, quien utiliza la vivienda como
"aguantadero". El joven abrió la puerta del conductor, le sacó el
teléfono celular y la billetera a la víctima y escapó.
La búsqueda
La Fiscalía de Homicidios del Departamento Judicial de La
Matanza tomó intervención en el caso. Con el testimonio de familiares de la
víctima y de los tres testigos (un vecino y un hombre en situación de calle),
se logró identificar al sospechoso: Rodrigo López.
A su vez, descartó que al momento del crimen la joven
estuviese trabajando en un viaje de aplicación. A esto se le suma que Uber
indicó que el último viaje que la chica hizo por esa aplicación fue el 22 de
agosto, al tiempo que DiDi registró la última actividad de Santa María el
viernes a las 13.30.
Con la información acreditada, la fiscalía solicitó la
detención del joven, que se encontraba prófugo tras el crimen.
Qué hizo “Piñón” López antes de su final
Según se logró reconstruir, el acusado primero fue a ver a
su padre, a quien le reconoció que se había mandado "una cagada” y le
pidió dos mil pesos para recargar la tarjeta SUBE. También le señaló que iba a
ir a la casa de su primo, ubicada sobre el kilómetro 42 de la ruta 3, en Virrey
del Pino.
Cuando llegó a destino, ingresó al terreno de su familiar
por un basural lindero. Lo primero que le preguntó el dueño de casa es quién
era, ya que no lo reconocía. “Soy ‘Piñón’, me mandé una cagada y me está
buscando la Policía. Necesito cargar la batería del teléfono”, le dijo.
El hombre le respondió que lo comprometía con su presencia
en la casa. En ese momento aparecieron los agentes, que minutos antes se habían
entrevistado con el padre del joven, quien les contó dónde iba a estar.
López no aguantó y se mató en el patio del fondo de la casa.
Sabía que lo esperaba una condena a prisión perpetua.
Horas antes de morir, "Piñón" alertó por Facebook,
mientras los familiares de Candela protestaban en la ruta. "Todos dicen
que fui yo el que mató a Candela. Era mi amiga, ¿piensan que yo voy a hacer
eso? El que fue, fue el ‘Pitu’, el hermano de Pompi. Y ahora fui yo el
culpable, yo no tengo nada que ver", escribió.
La relación entre la víctima y victimario
Con el correr de las horas, la investigación fue cambiando y
se fueron conociendo nuevos datos que alertaron a los detectives. “Es una causa
rara”, dijo a Clarín uno de ellos.
Lo primero que se supo es que Santa María y López se
conocían y que la joven fue asesinada frente a la casa de él, quien es conocido
en el barrio por el consumo de drogas.
La investigación determinó que “Piñón” ofrecía en sus redes
sociales armas a la venta, entre ellas la Taurus PT809E, serie TIR-311531 cuya
caja se encontró dentro del auto de la víctima y con la que se mató. No tenía
impedimento legal y él no registraba antecedentes penales.
Un testigo fue clave para entender el rol de la joven en la
historia y su vínculo con su homicida: aseguró que ella vendía municiones y que
el 28 de agosto él compró dos cajas de balas calibre 9 milímetros por 140.000
pesos, operación que pagó a través de una transferencia a la cuenta de Mercado
Pago de la madre de Santa María.
Explicó también que la conoció a través de López, el cual se
presentaba como familiar de la víctima.



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