La Policía de Investigaciones de Santa Fe, junto con la Justicia de Mar del Plata, logró desarticular parte de una organización criminal dedicada a estafas telefónicas en distintas provincias del país. En el marco de la investigación, se detectó que una de sus integrantes operaba desde la ciudad de Miramar, a casi mil kilómetros del epicentro de la causa.
El jueves 31 de julio, personal de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Mar del Plata allanó una vivienda en calle 1 al 2000 de Miramar, donde fue aprehendida una mujer identificada como C.C. Tras permanecer alojada en la Unidad Penal N° 50 de Batán, fue trasladada este lunes a la localidad de Esperanza, provincia de Santa Fe, por disposición de la jueza de Garantías N° 3 de Mar del Plata, Rosa Frende. Allí quedó a disposición de la Unidad Fiscal de Las Colonias para ser sometida a proceso.
La causa se inició en Esperanza, luego de un hecho de extrema gravedad en el que un hombre se quitó la vida tras ser víctima de presuntas maniobras de estafa y extorsión. Según la investigación, las comunicaciones se realizaban desde líneas telefónicas con característica de Mar del Plata.
Una red de casi 20 estafadores
La pesquisa derivó en múltiples allanamientos en Rosario, La Carlota, Alta Gracia, Río Cuarto y Córdoba capital. En esos operativos fueron detenidas 17 personas (9 mujeres y 8 hombres) y se secuestraron 46 teléfonos celulares, 3 notebooks, una tablet, 10 dispositivos de comunicación, $317.000 en efectivo, 6 armas de fuego, 138 municiones, comprobantes de operaciones bancarias, tarjetas de crédito y documentación relevante para la causa.
Los detenidos fueron trasladados a Esperanza para ser alojados e imputados, previo a las audiencias en los tribunales santafesinos.
La modalidad delictiva consistía en contactar a potenciales víctimas a través de publicaciones en Marketplace, haciéndose pasar por compradores interesados en vehículos, motocicletas u otros bienes. Simulaban realizar el pago mediante transferencia bancaria y luego alegaban un problema en la operación. Bajo engaños, convencían a la víctima de acudir a un cajero automático, donde la guiaban para realizar movimientos que incluían la toma de préstamos y la transferencia de fondos a cuentas de terceros. En muchos casos, también vaciaban las cuentas de las víctimas.
De acuerdo con el relevamiento de la investigación, las maniobras habrían producido un perjuicio económico estimado en $2.000.000 y 5.000 dólares, además de un grave impacto emocional en quienes sufrieron las estafas.



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