Fin de semana trágico en dos puntos del país, con menores como víctimas de hechos de violencia. En Florencio Varela, provincia de Buenos Aires, un adolescente de 15 años mató accidentalmente a su amigo mientras manipulaban un arma de fuego en su casa. En Rosario, un ataque a tiros terminó con la vida de un niño de 13 años y dejó gravemente herido a su primo de 8.
Fatal accidente en Florencio Varela
El hecho ocurrió en la noche del sábado en una vivienda ubicada en la intersección de las calles 645 y Luxemburgo, en el barrio Santa Rosa. Dos chicos de 15 años se encontraban en el living de la casa jugando con un arma de fuego perteneciente a un familiar, cuando accidentalmente se disparó.
La bala impactó en la cabeza de Alan Gabriel Fernández, quien quedó tendido en el suelo. Al llegar la ambulancia, los médicos constataron que ya no tenía signos vitales.
Tras el disparo, el chico que manipulaba el arma intentó huir, pero su madre lo llevó de inmediato a la comisaría y relató que todo se trató de “un error” y que su hijo lo hizo “sin querer”. El adolescente quedó demorado en la Comisaría Primera de Florencio Varela, a disposición de la Justicia.
Balacera mortal en Rosario
Horas antes, en la madrugada del sábado, la violencia se desató en Camino de los Quinteros al 2800, en la zona sur de Rosario. Dos primos, de 13 y 8 años, estaban jugando con un celular en el living de su casa cuando una balacera desde el exterior terminó con la vida del mayor de ellos.
Según informó el medio local Rosario 3, un vehículo particular llegó cerca de la 1.30 de la madrugada al hospital local con ambos menores heridos. El chico de 13 años presentaba cuatro impactos de bala: uno en el hombro, otro en el tórax, uno en un glúteo y otro en el muslo. Falleció minutos después.
El menor de 8 años fue internado en estado grave con heridas en la cabeza y una pierna. La investigación, caratulada como homicidio, está a cargo de la fiscal Marisol Fabbro. En el lugar del hecho se hallaron al menos siete vainas servidas que serán peritadas para avanzar en la causa.
Ambos casos exponen la dramática vulnerabilidad de los menores frente a las armas de fuego, ya sea por el acceso irresponsable en el entorno familiar o por la violencia narco que golpea con fuerza en distintos puntos del país.




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