La mujer acusada de asesinar a Lorenzo Oscar Castro (67) en General Cabrera fue definida como “una persona extremadamente astuta” que utilizaba el típico ardid de “viuda negra”. Cuando la detuvieron por el crimen del rematador de turf llevaba casi dos años prófuga por un ataque de idénticas características en Buenos Aires, revelaron fuentes consultadas. No solo eso: aseguraba ser abogada e incluso haber sido jueza.
Gabriela Alcaraz (55), tal el nombre real de la sospechosa,
quedó presa el martes a la noche en Río Cuarto, cuando los investigadores ya
estaban tras sus pasos por la muerte de “Millón” Castro. El episodio ocurrió el
miércoles 19 de febrero luego de un incendio generado en la habitación de la
casa de la víctima.
La detenida quedó imputada de homicidio doblemente agravado,
por el vínculo y por premeditación, en el marco de la causa tramitada ante el
fiscal Javier Di Santo en los tribunales riocuartenses. A su vez será puesta a
disposición del Juzgado de Instrucción Federal de Ciudad de Buenos Aires N° 15,
el cual la condenó a prisión perpetua en 2023 por un hecho similar y por el que
tenía pedido de captura internacional a través de Interpol.
Los hijos de Castro definieron
como “maquiavélica” la historia detrás de la mujer que primero entabló una relación
sentimental con su padre y luego una sociedad laboral. Todo en un lapso de no
más de cuatro meses, afirmaron.
El abogado querellante, Alexis Alvarenga, consideró en
diálogo con este medio que “el móvil del crimen es meramente económico”. En el
mismo sentido recalcó: “El foco ígneo se inició a causa de la intervención
premeditada de esta señora. No fue un accidente ni un incendio ocasional, fue
intencional”.
Alvarenga afirmó que “las pruebas son contundentes” contra
la acusada, sumadas al gravísimo antecedente por el que ya fue juzgada. Dentro
de las evidencias en la investigación, el letrado señaló que Castro mantuvo una
comunicación con su hija el mismo día del hecho y que en ese instante estaba
acompañado por Alcaraz. De acuerdo con el resultado de autopsia, el
fallecimiento se produjo pocos minutos después de ese contacto.
Con el nombre de una jueza
La imputada se desenvolvía socialmente en Río Cuarto “bajo
la apariencia de ser una profesional del derecho y de haber pertenecido a la
más alta magistratura”, advirtió el abogado de los hijos de Castro.
Decía ser ‘Gabriela Mallo’ y que había trabajado como jueza
federal en Ciudad de Buenos Aires. El querellante alertó que el nombre es
idéntico al de una magistrada que todavía está en funciones en un juzgado
porteño. Por esta situación será investigada por usurpación de identidad.
“Falseaba identidad, falseaba títulos y falseaba profesión a
los fines de captar la atención y respeto de sus posibles víctimas, sumado al
temor por una personalidad supuestamente influyente”, indicó Alvarenga. “No me
costó nada dar con la identidad de quien es realmente la jueza y de quien no lo
era”, explicó a partir de su actividad profesional y por integrar distintos
organismos a nivel nacional.
La mujer fija domicilio dentro de la provincia de Córdoba
pero era habitual que cambiara su apariencia física y las direcciones de su
casa. No se descartan más detenciones en los próximos días teniendo en cuenta
que se movía con otras personas de su círculo íntimo.
“Ella tiene hijos y los presentaba públicamente como
profesionales. A algunos les manifestaba que eran profesionales del derecho y
de la salud, a otros que eran profesionales de las ciencias económicas. Un hijo
actuaba con ella conjuntamente pero no está acreditado su grado de
participación”, comentó el abogado querellante.
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