La Justicia intenta esclarecer el crimen de Jeremías Sosa (31), asesinado a golpes por un grupo de vecinos que lo confundió con un ladrón en Luján. La causa tiene hasta el momento tres detenidos, aunque los investigadores buscan al menos a cinco atacantes más.
La víctima no tenía denuncias en su contra ni tampoco se
reportó ningún robo en la zona en los instantes anteriores al hecho ocurrido el
sábado pasado. La hipótesis es que un grupo de personas quiso hacer justicia
por mano propia y atacó a un inocente.
“De acuerdo a lo que pudo reconstruirse hasta el momento,
entre las 22 y las 22:30 Sosa caminaba por la calle en la localidad de Olivera,
cuando varias personas comenzaron a seguirlo”, indicó el vocero de la
investigación.
La sospecha es que Sosa se percató de la situación, sintió
miedo y empezó a correr. Sin embargo, lo alcanzaron en la avenida Juan XXIII,
entre Reconquista y Remedios de Escalada. Allí le empezaron a pegar.
“Uno de los golpes lo derribó y entre varios le siguieron
pegando, principalmente en la cara. Inmediatamente se sumaron al ataque al
menos cinco personas más, que también le pegaron trompadas y patadas”, precisó
la fuente, y agregó: “Durante el ataque le gritaban que se quedara quieto y lo
acusaban de haber robado”.
Todo ocurrió frente a un grupo de vecinos que intentó, sin
éxito, persuadir a los atacantes de frenar la cacería. Hoy son testigos clave
del hecho y sus declaraciones empezaron a nutrir el expediente que está a cargo
de la fiscal María Laura Cordiviola, de la UFI N°10 del Departamento Judicial
Mercedes.
Un detalle: en el lugar exacto donde ocurrió el ataque no
había cámaras de seguridad. Aunque ya fueron incorporadas a la investigación
otras imágenes que retratarían la persecución iniciada a unas cuadras, “el
hecho se trata de reconstruir principalmente en base a testimonios”, mencionó
la fuente.
“Todavía no sabemos exactamente cuántas personas
participaron del ataque”, agregó. En los operativos que derivaron en las sucesivas
detenciones, la Policía secuestró teléfonos celulares, ropa y otros elementos
de interés para la investigación.
Cuando los primeros policías llegaron al lugar, Sosa estaba
tendido inconsciente en la calle. Los intentos por reanimarlo fueron en vano,
así como el esfuerzo de los médicos del Hospital Zonal General Nuestra Señora
de Luján, donde finalmente el joven fue declarado muerto.
El informe preliminar de la autopsia determinó que la muerte
se produjo debido a un shock neurogénico con traumatismo grave de cráneo. Todas
las lesiones son compatibles con el ataque.
Quién era el joven asesinado por un grupo de vecinos que lo confundió con un ladrón
Sosa no era vecino de Olivera ni de sus alrededores. Nació y
vivía actualmente en Jardín América, Misiones. Tenía dos hijos de 14 y 3 años y
participaba de un comedor para ayudar a jóvenes con problemas de adicción.
Según indicó su entorno, había viajado el fin de semana a visitar familiares y
hacer trabajos de albañilería junto a su papá.
“Un grupo de personas que se hicieron llamar justicieros lo golpearon hasta matarlo culpándolo por algo que él no hizo”, comentó Magalí, una de las hermanas de la víctima. “Jeremías trabajaba de lunes a lunes para darle lo mejor a sus hijos y su familia. Nuestro dolor es inmenso e inexplicable”, expresó a El Territorio.
La joven aseguró que tanto los detenidos -sus nombres fueron
reservados por la fiscalía para no entorpecer la investigación- como algunos
sospechosos “están protegidos porque son de familias de plata y con contactos”.
La carátula, por el momento, es “homicidio en riña”.
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