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“Hoy nos toca despedirnos”: el final para la confitería de las famosas medialunas en Mar del Plata

 


Los borrachitos almibarados, tan esponjosos como las medialunas más famosas, a poco más de seis décadas de haber sido horneadas por primera vez, desaparecerán este lunes cuando la tradicional Confitería Boston cierre definitivamente. "Nos despedimos, pero el sabor de los buenos recuerdos siempre quedará", dijeron sus trabajadores desde las redes oficiales de un clásico ineludible de Mar del Plata.

 

El cierre ocurrirá luego de un acuerdo al que llegaron en la Justicia los cuatro imputados, sus dueños, quienes todavía enfrentan una causa por quiebra fraudulenta. Al saldar compromisos en un 80%, además de evitar el juicio oral, recuperan uno de los locales, el más antiguo de la firma, ubicado frente al casino, sobre la calle Buenos Aires.

 

Se arribó a esta situación luego de algo más de seis años en que la confitería fue administrada por una sindicatura judicial, tras una saga de conflictos que ya había puesto en riesgo su continuidad. En los dos locales trabajan 40 personas: el lunes es su último día de trabajo, y es por ellos que la confitería tuvo esta sobrevida.

 

"Hoy nos toca despedirnos...., después de 60 años compartiendo momentos, sabores y tradiciones con ustedes, y 6 años de lucha, queremos agradecerles desde lo más profundo de nuestro corazón por haber sido parte de esta historia", escribieron los empleados.

 

"Cada café servido, cada medialuna horneada, cada charla compartida en nuestras mesas. Todo ha sido posible gracias a ustedes, nuestra familia extendida. Ustedes hicieron de La Boston más que una confitería, la hicieron su hogar", completaron.

 

Los problemas comenzaron a fines de 2016, cuando la confitería pasó a manos de un grupo empresario que se presentó con anuncios grandilocuentes, la promesa de cientos de nuevos puestos de trabajo ("300 sólo en el área de producción", aseguraron en la oficina del entonces intendente Carlos Arroyo), para que el mundo conociera las medialunas más famosas: en cinco años, 100 nuevos locales con presencia en América Latina y Europa. Pero resultó ser un gran embuste.

 

Pronto se supo que todo era parte de una maniobra que la Justicia dejó en evidencia y que consistía en llevar adelante "una secuencia de pasos no improvisada" para provocar el vaciamiento de la empresa y, de este modo, encaminarla hacia una quiebra fraudulenta.

 

Entonces eran cuatro locales: los de Boulevard Marítimo y Urquiza, y el del shopping Paseo Diagonal, en el centro, no sobrevivieron. Los dos actuales, que cierran este lunes, resistieron la embestida.

 


Entonces, la Justicia de Delitos Económicos de Mar del Plata imputó a los involucrados por "quiebra fraudulenta, defraudación agravada por vaciamiento de empresa, e insolvencia fraudulenta", y les prohibió salir del país.

 

La imputación la formuló el fiscal David Bruna y había recaído sobre los últimos dueños de la Boston, los hermanos Juan Manuel y Pablo Lotero y los austríacos Carl Ludwig y Aston Schonfeldt, quienes la habían comprado a los históricos accionistas de la firma Pastelera Tecomar S.A., Osvaldo Amado, las hermandas Teresa Haydeé y Marta Delia Castro y a Clemente Fermín Herrera.

 

"Los dueños originales de 'La Boston', quienes venden sus acciones en noviembre de 2016 -ya encontrándose la sociedad en estado de cesación de pagos- se sacan de encima el problema de la sociedad, quedándose con el producido -o parte del producido- del activo más valioso, contribuyendo de esa forma a la maniobra que posteriormente es profundizada por los nuevos accionistas y con la secuencia de pasos no improvisada que fueron llevando a cabo", sostuvo el fiscal en la imputación.

 

Amado y Herrera, segunda generación de la familia propietaria, manejaban la empresa que había sido fundada en 1958 por Fernando Álvarez y Miguel Potrone. Hasta el 9 de noviembre de 2016, luego de meses de negociaciones y a partir de una operación millonaria, los hermanos Lotero y el austríaco Carl Schonfeldt, a cargo de un fondo de inversión con patas en Chile y Austria, se pusieron al frente de la firma.

 

Luego de los anuncios con bombos y platillos, los empresarios tomaron la dirección opuesta: comenzaron a despedir empleados, modificaron menúes ("nos habían ordenado bajar la calidad de los productos, poner margarina en lugar de manteca... peor que una herejía", recuerdan) y hasta tocaron la receta de las exclusivas medialunas.

 

Luego comenzaron a atrasarse con los sueldos, que pagaban escalonados, y con los pagos a los proveedores; las medialunas se vendían también en la confitería Xocolata, de Lotero.

 

Al no cobrar sus salarios, los empleados resolvieron tomar los locales, ocupación que se prolongó desde abril de 2018 hasta el enero siguiente, cuando fueron desalojados por orden judicial.

 

Las denuncias a la fiscalía de Delitos Económicos sobre los actos de insolvencia que venía cometiendo Tecomar contra acreedores y empleados (entre otros, habían vendido uno de los locales en 500 mil dólares y no lo ingresaron a la sociedad) las hizo el apoderado del Sindicato de Trabajadores Alfajoreros, Reposteros, Pizzeros y Heladeros (STARPyH), Gabriel Norberto.

 

Osvaldo Verdi, como abogado del Sindicato de Gastronómicos, denunció penalmente a los hermanos Lotero y a los demás empresarios por el delito de “quiebra fraudulenta, defraudación agravada por vaciamiento de empresa, e insolvencia fraudulenta, todos en concurso ideal”, que el fiscal Bruna les imputó.

 

La jueza Civil y Comercial N° 16, Sara Gunsberg, dispuso la “quiebra con continuidad laboral” de la confitería y les permitió a los trabajadores continuar con sus actividades en los locales de la calle Buenos Aires 1927 y de la avenida Constitución, que sobrevivieron al vaciamiento, pero no a los avatares de un largo conflicto producto de un maniobra falaz.

 

“Hubiéramos querido que un empresario la quiera, la compre y le dé valor”, contó Carlos Murcia, que cumplió 18 años de antigüedad en la Boston. “Tuvimos un cumplimiento eficaz de la sindicatura, que pagó todo como correspondía, tanto que hoy estamos al día con los sueldos”, aseguró.

 

Los empleados entregarán este lunes las llaves del local de calle Buenos Aires a funcionarios judiciales, ya que el inmueble quedará como garantía de los compromisos que los responsables de la firma todavía tienen pendientes con sus trabajadores.

 

El otro local, el de avenida Constitución y Pedraza, donde está la planta de producción, pasará a manos de un empresario que lo había adquirido hace tiempo y en sus planes no estaría el rubro gastronómico

 

En agosto pasado "se celebró una audiencia para acordar una probation con los cuatro imputados. Se hizo porque ya habían cancelado la mayoría de las deudas de la empresa y se comprometieron a hacerlo con los restantes", contó a Clarín una fuente de la Justicia: "El compromiso de la cancelación es el depósito del dinero de la deuda actualizado a la fecha y a disposición de los acreedores".

 

La audiencia se hizo con notificación y presencia de todas las partes damnificadas. Estuvieron notificados los síndicos de la quiebra, que no fueron a la audiencia, y se le comunicó también a la Justicia Civil, que hizo lugar al acuerdo.

 


"La cancelación de las deudas restantes está como obligación para el mantenimiento de la suspensión del juicio a prueba, son parte de la reparación obligatoria del daño que establece la ley", explicó la misma fuente. La probation tiene un plazo de tres años.

 

"Es difícil, nos está costando la despedida", dijo Murcia, agradecido con la gente que los apoyó desde el primer día: "Gracias por acompañarnos hasta el final", cerraron desde las redes quienes forjaron la permanencia hasta estos días de la icónica confitería marplatense.

 


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