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MADARIAGA: El radicalismo rechazó los ataques reiterados de Florencia Terán contra funcionarios





Desde la semana pasada Florencia Terán reclama en el municipio, en cada una de las mañanas, por un subsidio que le permita pagar el alquiler o, inclusive, quiere que le den una casa.


Considera que su condición de persona trans debería beneficiarla con alguna de estas alternativas.


Pero la situación se ha tornado virulenta con gritos, agravios y acusaciones por parte de Terán. A eso se le suman publicaciones de video recurrentes en sus redes sociales y declaraciones rimbombantes en un programa de radio que posee en la tarde de la emisora RGM Latina.


La semana pasada Terán grabó una discusión con la Secretaria de Gobierno, Mara Simiele, cuando en reiteradas oportunidades se le había pedido que no grabe los detalles de la reunión.


Los ataques radiales llegaron a tal punto que Terán ha manifestado en radio cuestiones personales de funcionarios. También se ha dedicado a hacer acusaciones sobre versiones callejeras y ha entremezclado cuestiones políticas del orden nacional en su afán de conseguir el subsidios.



Todo llevó a denuncias cruzadas en la fiscalía. Terán dice que incumplen con los deberes de funcionario público y que la hostigan y persiguen. Simiele denunció que la pretenden extorsionar. Para la justicia no hay pruebas ni de una ni de otra cosa por lo que todo quedará desestimado. Sólo se otorgó el beneficio a la funcionaria municipal para que la reclamante no se le pueda acercar durante 30 días.


Ahora el radicalismo salió a relatar la situación y a apoyar a Simiele.


Ya se han manifestado varios funcionarios al respecto. Se evidenció que la trabajadora radial recibió un subsidio durante 5 años. En contraprestación realizó, según Terán, algunas actividades en los CIC barriales.


Pero todo eso se interrumpió en diciembre último porque la comuna entendió que el plazo había sido extraordinario ya que siempre los subsidios para personas vulnerables tienen una duración de 3 a 6 meses.


A eso se le suma que percibieron que la actividad radial generaba un rédito económico ya que en el espacio se escuchan publicidades que lee la conductora.


El radicalismo advierte que en la radio hubo “acusaciones que no tienen asidero y que deberá demostrar ante la justicia”.


Terán ha hablado de entrega irregulares de casas, de pagos con cheques a conocidos o beneficios a ciertas personas. Todo ha ocurrido con el afán de conseguir lo que reclama.


“Nos genera aun mayor preocupación el ataque de Terán contra la dra. Mara Simiele, la que recibió diversos improperios en su lugar de trabajo, viendose obligada a atenderla sin audiencia previa, quien termino grabando la conversación sin autorización de ninguna índole. no debemos confundir el ejercicio del periodismo con el tratamiento de una cuestión personal de quien tiene acceso a los medios de comunicación y lo utiliza de manera extorsiva”.


Tras el escrito Terán no descartó iniciar una huelga de hambre frente a la comuna. A su pedido le sumó el de aumento del 100% para trabajadores municipales en su sueldo y hasta llegó hablar del intendente Esteban Santoro como “el jefe de una banda”.


La difusión de la charla privada no configura un delito en sí a aunque puede investigarse. Solo se ha logrado causar problemas entre poderes por frases del intercambio entre ambas en donde se entremezclan cuestiones vinculadas a los poderes del estado que deben avanzar por diferentes carriles.


El fuero para que Terán haga su reclamo sería el Contencioso Administrativo pero sabe que la demora en un fallo demoraría de 4 a 6 años. A esto se le suma que la Ley de Cupo Trans que ella nombra como para conseguir empleo en el municipio solo es provincial y los estados municipales debieran haber tratado en cada HCD si se adherían o no al mismo. Además no estipula penas y sólo marca faltas administrativas como castigo una vez que se encuentre una resolución.


Para Terán hay discriminación, persecución e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Para los funcionarios hostigamiento y extorsión por parte de una persona que cada tarde tiene 120 minutos en una radio para hablar, acusar y hasta denigrar a sus contrincantes.



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