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MADARIAGA: Se cumplen 76 años de la muerte de Catalino Domínguez el máximo asesino de la región


Pasaron 27.779 días -76 años exactos- de la muerte, a balazos, de Catalino Domínguez en la Estancia “La Espadaña” donde se escondía fue encontrado por policías locales que investigaban el robo de un recado perteneciente a la familia Jaureguiberry.

Sobre Domínguez pesaba la acusación de 8 asesinatos. Si carrera delictual comenzó en 1944 y se extendió, hasta su muerte, en 1948. La historia cuenta que el hombre nacido en Rauch en 1910 siempre se dedicó a la albañilería, jardinería y tareas rurales.


Dicen las crónicas que, en 1933, Domínguez tuvo algunos problemas policiales cuando lo acusaron de robos y hurtos cometidos en las zonas rurales de Ayacucho y Coronel Vidal.

Sin embargo, eso no impidió que en 1935, cuando él tenía 25 años, se casara con Isabel Criado, una jovencita de 18 años que había nacido en Balcarce. Tuvieron una hija, Martita, y se mudaron a Mar del Plata.

Hubo gritos, discusión y un disparo del "traidor" que hirió la pierna de Domínguez. Luego de una internación de varios días, Juan Catalino Domínguez regresó a su casa, pero no había nadie. Su esposa se había escapado con Luchetti y se llevó a su hijita.


Venganza


Allí Catalino prometió vengarse de su amigo traicionero.


Consiguió un trabajo de peón rural en un galpón de la zona rural de Dolores y comenzó su paciente espionaje. Sin embargo, un día no aguantó más y se metió en la casa de doña Gregoria, la madre de Luchetti, que vivía con su nuevo marido, Narciso Peñalba.


Los interrogó con mucha violencia, pero la pareja no tenía ni idea de dónde podían estar su amigo, su esposa y su hija. Enfurecido, los golpeó y los mató a garrotazos y puñaladas. Después, escondió los cadáveres en un pajonal y huyó.


Desde allí comenzó la frenética persecución policial y pudieron detenerlo en Mendoza pero cuando era trasladado en auto hacia Buenos Aires, esposado y todo, se escapó.


A la altura de Pergamino, Domínguez dijo que estaba descompuesto y pidió bajar para ir al baño. 


Los oficiales le sacaron las esposas y Juan Catalino Domínguez se metió en un maizal y se escapó.


Meses después, al parecer por una infidencia de un amigo, la misma comisión que lo detuvo en Mendoza, lo sorprendió en una casa de Mar del Plata, a la que había regresado impulsado por el entrañable cariño que profesaba a su pequeña hija Nieves Domínguez. Como en la oportunidad de su muerte, el asesino se resistió a balazos siendo herido en ambas piernas, lo que facilitó su captura. Internado en el hospital bajo vigilancia, se produjo a los pocos días su sensacional huida del nosocomio.


Una noche, nuevamente, pidió permiso para ir al baño, rompió un vidrio, trepó hasta el techo, saltó al jardín y se escapó otra vez.


El hombre regresó a Dolores y allí encontró a Luchetti, a su esposa Isabel y a su hija Marta Nieves. La Pareja se pudo escapar pero él se quedó con la nena.


El prófugo cambiaba de trabajo y de nombre para escapar de la policía, pero un día se dio cuenta de que esa vida no era la apropiada para Martita y con todo el dolor del mundo la dejó en unapensión en Azul.


El 28 de junio de 1947, un peón lo identificó, tras ver su rostro en un cartel de "Buscado", pegado en un comercio de Azul. Juan Catalino Domínguez sacó un arma, le pegó tres tiros y se llevó el cuerpo. 


Mientras tanto, Martita era interrogada por la Policía y luego la dejaron en el Hogar del Buen Pastor, en Azul. 


Pocos días después, mientras Domínguez trabajaba en un campo de Chillar escuchó a dos hombres discutir si entregarlo o no a la policía. Sin dar más vueltas, Domínguez los mató.


Otra vez prófugo, Catalino Domínguez se unió a unos linyeras que recorrían las estaciones de tren para hacer changas. Mientras tanto, asaltaba comercios en Tandil, Rauch, Dolores, Tordillo y General Madariaga. Luego se radicó en Colonia Barragán, cerca de la estación Cobo, en General Pueyrredón.


Allí conoció a Orlando Rosas, de 17 años, que se había fugado de un correccional de menores, y juntos decidieron planear un robo importante.



Domínguez había trabajado como jardinero en la estancia de la familia Mehatz y conocía sus movimientos. El domingo 7 de marzo de 1948, día de elecciones, se metieron en la casa, pero el dueño, Martín Mehatz, regresó a buscar sus documentos. 

Apenas abrió la puerta, Domínguez le pegó tres tiros. Los hijos de Mehatz intentaron huir, pero Domínguez disparó y le dio en la espalda al mayor (22 años). Lo remató en el piso.


Al hijo menor, Marcelo (19 años), lo degolló y luego le destrozó la cabeza con una maza.


La fuga final:


Cargaron los tres cuerpos al automóvil de la familia Mehatz y se fueron  hacia General Madariaga. Los asesinos se separaron: Domínguez entró como peón en la estancia La Eudocia, en General Pueyrredón.


Allí, la mujer del dueño lo identificó como el asesino de la familia Mehatz tras haberlo visto en el diario Crítica.


El 18 de abril de 1948, la Policía Bonaerense averiguó que se escondía en la antigua estancia La Espadaña, de General Madariaga. Siete efectivos entraron de golpe y Catalino respondió a los tiros, pero fue abatido de cuatro balazos. 


Al poco tiempo, cayó su cómplice. Martita, que tenía 9 años cuando su padre fue abatido, siguió internada en el Hogar del Buen Pastor en Azul. Posteriormente, fue trasladada a La Plata, luego a Ingeniero Maschwitz, y quedó en un instituto de menores hasta que fue mayor de edad.


Tiempo los policías debieron pasar por la justicia. El Juez del Crimen Daniel Cambet quien los absolvió.


Ellos fueron: el comisario Enrique Cavanna y los agentes Enrique Diuberti y Raimundo Manrique.


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GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo