Los investigadores del brutal crimen de Carlos Garrido (66), el expiloto de automovilismo asesinado en la noche del lunes en su casa de campo próxima a El Boquerón, trabajan sobre la hipótesis de un hecho que no escaparía a su esfera privada.
Si bien en algún momento se manejó la posibilidad de un intento de robo, con el correr de las horas el caso se empezó a orientar hacia un conflicto personal, aunque esto es algo que el fiscal Alejandro Pellegrinelli todavía no tiene confirmado.
Garrido recibió un ataque a golpes en su vivienda de Ruta 88 kilómetro 21,5, donde en ocasiones pernoctaba, ya que, según algunos reportes, esa no era su casa principal. Para poder saber qué fue lo que sucedió, o al menos avanzar en la hipótesis central, Pellegrinelli y la policía deben desentrañar las extrañas primeras aseveraciones del casero, un hombre de 35 que se encuentra internado en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) con una lesión en una mano. Se trata de la persona que, pasadas las 22.30 del lunes, se comunicó al 911 pidiendo ayuda.
Cuando la policía se presentó en la casa quinta halló frente a la galería de acceso a la casa principal del predio el cuerpo de Carlos Garrido, mientras que el casero aseguraba no saber qué había sucedido porque había perdido la conciencia tras el ataque.
El hombre hizo esta referencia de manera informal y a título informativo, respondiendo a las primeras preguntas de los efectivos policiales. Dijo que lo atacaron, que quedó inconsciente y que al volver en sí, Garrido ya estaba muerto. Que testimonio de ese ataque era una lesión en la mano, pero que no recordaba nada más.
Frente a esta situación y para evaluar su estado físico, el casero fue trasladado al HIGA, donde se aguarda que mejoren sus condiciones para poder tomarle declaración con valor jurídico.
El otro dato importante surgirá a partir de las 14 de la operación de autopsia que se le practique al cadáver de Garrido en la morgue municipal. La tarea forense estará a cargo de los profesionales de la Policía Científica que, en una inspección inicial al cuerpo, habían distinguido dos severos traumatismos de cráneo. “Da la impresión que se usó algún elemento pesado, como un palo, un fierro, para dar los golpes”, explicó una fuente extraoficial a LA CAPITAL.
Las tareas de búsquedas en la casa, tanto principal como las dependencias del casero, no arrojaron resultado positivo al respecto.
El horario aproximado de la muerte, también será una información de gran importancia para los investigadores.
Llamó la atención lo sucedido con el automóvil Citröen C4 de Garrido, el cual apareció a una distancia de 150-200 metros de la casa. Estaba incendiado y no hubo testigos de las llamas. Es cierto que el lugar es apartado, está a unos 600 metros de la Ruta 88 por un camino de tierra, pero nadie advirtió el fuego. También que el auto llegó hasta allí tras salir del predio y hacer un rodeo. La lógica indica que, si hubiese sido robado por ladrones, el vehículo debía haber sido “descartado” mucho más lejos de donde finalmente apareció.
La Justicia también investiga por estas horas si en el mes de febrero existió algún tipo de conflicto en el que Garrido se vio involucrado y que podría explicar el ataque que acabó con su vida.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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