Un policía de la provincia de Córdoba, que realizaba tareas administrativas en la fuerza y tenía licencia psiquiátrica, murió en la madrugada de este sábado, luego de robar una camioneta, protagonizar una persecución y balearse en la cabeza. El agente apretó el gatillo cuando se vio acorralado por sus propios compañeros. Ese momento quedó grabado en una cámara de seguridad.
El hombre fue identificado como Nicolás Loases, de 35 años.
Trabajaba en la brigada de investigaciones, pero desde hacía unas semanas había
presentado una carpeta psiquiátrica. Antes, cumplía funciones de “cartero” en
las unidades judiciales y realizaba tareas administrativas, sin portar armas.
Fue el martes que Loases atacó a una mujer en el barrio
Poeta Lugones y le robó su auto Chevrolet Prisma y escapó. Adentro del vehículo
también estaba el celular de la víctima, que contaba con GPS, clave para que
luego de la denuncia se iniciara una búsqueda a través del rastreador.
La persecución terminó con el policía rodeado en la calle
Chaviscate al 1800. Acorralado por los patrulleros, el autor del robo continuó
su huida a pie y saltó la reja de una casa para seguir por los techos.
Las cámaras de seguridad captaron el momento en que Loases,
acorralado, y sin poder continuar escapar agarró su arma y se disparó en la
cabeza.
En la grabación conocida en las últimas horas se ve que
Loases no apunta a sus compañeros, dirige el cañón a su cabeza y gatilla tres
veces. El último jalón lo dejó sin reacción. Todo ocurrió en barrio Talleres
Este, zona nordeste de la ciudad capital.
Todo eso se conoció en las últimas horas con la aparición
del video clave en la investigación, ya que en un principio se creyó que en
realidad el disparo había salido desde alguna de las armas de los oficiales que
lo perseguían.
Loases fue trasladado al Hospital de Urgencias en estado
crítico. Los médicos confirmaron que el disparo había causado una pérdida
significativa de masa encefálica. A pesar de los esfuerzos por salvarlo,
falleció en la madrugada de este sábado, informó La Voz del Interior.
La causa está en manos del fiscal Raúl Garzón, que si bien
empieza a cerrar el círculo investigativo, continúa realizando todo tipo de
pruebas a los oficiales que intervinieron en el operativo y la persecución.
Fue el propio fiscal quien contó que el oficial había
gestionado algunas carpetas médicas, aunque aclaró que fueron por períodos
cortos.
Aunque también se supo que el hombre había sido exceptuado
del uso de las armas de fuego y sólo se dedicaba a tareas administrativas.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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