La Escuela Rural N° 11 "José Hernández" de San
Vicente, que levantó sus cimientos en base a la solidaridad de los que la
conforman, está consternada por el reciente robo que sufrió en el que se
llevaron los elementos educativos de tecnología que los alumnos usan para
aprender. Es por ello que apela a la colaboración de la comunidad mediante una
iniciativa solidaria para recuperar los fondos y así poder volver a comprarlos.
"La Escuela N°11 es mucho más que un espacio de
aprendizaje para los más chicos. No solo representa la primera oportunidad que
tienen de aprender y capacitarse en cuestiones básicas del nivel primario, sino
que al ser chicos que están alejados de la zona urbana, para ellos significa el
poder compartir con chicos de su edad. Para los padres también es un alivio
porque en el campo se trabaja de sol a sol", sostiene Agustin Arechavala,
presidente del Ateneo, el grupo de jovenes de la Sociedad Rural de San Vicente,
habló con cronica.com.ar.
El robo tuvo lugar el pasado 30 de diciembre, y fueron los
mismos vecinos los que descubrieron lo que había pasado. El sujeto que se llevó
los elementos de tecnología entró por una ventana, y se llevó entre 4 y 5
netbooks, un equipo de música y un proyector.
La escuela tiene rejas en toda la ventana, pero por una obra
de ampliación, se había retirado, de manera que no hubo que romper nada.
Arechavala contó que aunque el caso está en investigación,
una de las hipótesis es que el autor del robo habría sido el ex empleado de un
tambo que está situado frente a la escuela, donde también faltaron
electrodomésticos. Tras el faltante de objetos, el empleado desapareció. Los
elementos robados del tambo luego fueron vistos en venta en la plataforma de
Market Place.
En este contexto, desde la Sociedad Rural de San Vicente
impulsaron un torneo de truco solidario, para recaudar fondos y así volver a
comprar y donar a la escuela los equipos robados. Por ello, ya están a la venta
las entradas para participar del evento, a realizarse el próximo sábado 3 de
febrero, a las 21 horas, en la Cantina del Centro Tradicionalista El Volcador.
Agustín, cuyo bisabuelo, Julián Arechavala, fue quien donó
la parcela sobre la que se levantó la escuelita, confía que los lazos
solidarios que le dieron vida a la institución en sus comienzos, que se
remontan al 1955, es la misma que responderá ante la adversidad a la que se
enfrenta a poco tiempo que comiencen las clases, y los pequeños deban regresar
a las aulas.
Actualmente, la escuela abre sus puertas y recibe entre 4 y
5 chicos, aunque en años anteriores supo tener una matricula más amplia, que
alcanzaba a entre 15 y 20 alumnos por año, ya que antes "había más arraigo
rural". También está conformada por Noemí Falcon, que ocupa el rol de
docente y directora, un profesor de Arte y otro de Educación Física.
La escuela está situada en un camino que "no tiene
nombre", puntualizó Agustín, sino que ese trayecto es conocido por la
comunidad como "camino hacia Udaondo" o "camino de la escuela
11", precisamente a 23 kilómetros de la ciudad cabecera de San Vicente, en
el cuartel IV de la zona rural.
GENERAL JUAN MADARIAGA El Tiempo
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