El viernes la policía ejecutó un segundo allanamiento por una causa que se originó por el robo de una moto de un complejo de departamentos en la calle 9 de Julio a principios de mayo. El resultado fue positivo porque encontraron motopartes y un Fiat Duna con la numeración suprimida pero detrás de este procedimiento hubo cruces desde la política hacia la justicia.
El martes debían hacerse los allanamientos solicitados en el
marco de la causa. El grupo GAD llegó a la ciudad hacia la tarde y sólo
pudieron ingresar a lo que llamaron “Taller Clandestino” en calle Haití al 100 en
donde encontraron la moto que buscaban e imputaron a un joven de 17 años. Allí
había otras 4 a las que no se podría acreditar la titularidad.
Pero, se hizo de noche y, según el Código Procesal Penal se
puede allanar de día por lo que se cayó la posibilidad de revisar un segundo
sitio ya que anochece a las 18:00 horas.
El intendente Esteban Santoro mencionó esto en una
entrevista en donde fue duro con los jueces de Dolores. Pero el Código es muy claro en este sentido en
su artículo 219: “se realizan desde que salga y hasta que se ponga el sol” y “sólo
podrán habilitarse cualquier hora cuando el caso es sumamente grave y urgente o
cuando peligre el orden público”; algo que no cuadra con el hurto de una
motocicleta pero sí cabe para causas de narcotráfico y homicidios.
Finalmente el viernes la policía entró al segundo lugar en
donde se hicieron investigaciones previas en calle Cuba entre Bolivia y
Paraguay. Todo esto fue habilitado más allá de que el propietario de la moto ya
la había recuperado por las pruebas que se presentaron. En este último punto
encontraron algunas motopartes y el auto con el número de chasis suprimido.




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