El Gobierno reabrirá el lunes y hasta el 31 de diciembre una
nueva versión del dólar soja –cotización que fue de $200 en el original
programa y que ahora será actualizada por inflación hasta los $230–. Con este
nuevo tipo de cambio diferencial buscará sumar US$3000 millones a las reservas
y calmar a los mercados.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció además que,
con lo recaudado, bajará las retenciones en el primer trimestre del año que
viene a las economías regionales y adelantó una reducción de los derechos de
exportación –también el lunes, pero que regirá desde diciembre– al aceite y la
harina de soja. Habían subido para el fondo compensador del trigo de 31% a 33%
y vencían a fin de año.
La diferencia entre el dólar oficial y el dólar soja II será
compensada por el Tesoro a través de una letra al Banco Central (BCRA).
Junto a la plana mayor de su equipo, en un encuentro en el
Palacio de Hacienda, Massa le informó al sector que el Gobierno había llegado a
un acuerdo con las cerealeras (Ciara) para tener un piso garantizado que sería
de US$3000 millones por el dólar soja II. Aunque no quiso ser “optimista ni
pesimista”, afirmó que ese piso podía ser más elevado.
La renovación del programa, contaron, tiene tres objetivos
por la mayor recaudación que logrará vía retenciones. El primero, será el
financiamiento de promoción para economías regionales (una baja de retenciones
en enero, febrero y marzo). El segundo, los subsidios a las cadenas de valor
avícola y porcina para aumentar producción (para las descompensaciones que se
producen en el mercado interno por el cambio de valor). Y el tercero, un fondo
para mantener valor de las asignaciones familiares (de aquí podría salir el
bono que Sergio Massa y Alberto Fernández vienen debatiendo),
Como contrapartida, se prevé un “premio” a la
industrialización de soja para aumentar la incidencia de aceites y harinas en
las exportaciones del complejo agroindustrial. “Se bajan los dos puntos que
estaban vigentes hasta el 31 de diciembre. Se adelanta ese fin al 1° de
diciembre. Las retenciones al aceite y la harina de soja baja de 33% a 31%”,
confirmaron en Economía. Se trata de la reinstalación del famoso diferencial a
la agregación de valor.
“El objetivo es batir el récord histórico de exportaciones
del complejo agroindustrial, a los efectos de ponerlo sobre la mesa en el
debate de la agenda de seguridad alimentaria global que se discute en el G20″,
les dijo Massa al complejo sojero.
En septiembre pasado, con un tipo de cambio a $200, Massa
había logrado que los productores se desprendieran de casi 14 millones de
toneladas de la oleaginosa e ingresaran al país luego divisas por más de
US$8100 millones.
Semanas atrás y ante la nueva dinámica de pérdidas de
reservas del Banco Central, los rumores sobre la posibilidad de que se avance
en un nuevo tipo de cambio diferencial para que se vendan 6 millones de
toneladas era grande. Según especialistas del sector, el mercado estaba
actualmente en modo espera ante esos rumores de mejores precios para liquidar.
Los expertos consideran que falta comercializar por parte de los productores 11
millones de toneladas de la oleaginosa, cuando históricamente suelen pasar de
una campaña para la otra en torno de 7 millones.
Desde el final del primer dólar soja, la dinámica de
pérdidas de reservas del BCRA empeoró. Tras esa primera versión del dólar
diferencial ofrecida por los sojeros, la entidad que conduce Miguel Pesce acumulaba
ventas que se acercan ya a los US$1500 millones. Se trata del equivalente al
30% de los US$5034 millones recuperados a pérdida.
Este paso será también un desafío en la relación entre el
Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que, pese a que una de
las metas criterio del Programa de Facilidades Extendidas (EFF, según las
siglas en inglés) es la acumulación de reservas, el organismo multilateral ya
hizo saber que no acuerda con los tipos de cambios diferenciales.
“Si bien las medidas cambiarias específicas pueden respaldar
temporalmente la balanza de pagos, no reemplazan una política macroeconómica
sólida. Como tal, las restricciones cambiarias y las prácticas de monedas
múltiples deben eliminarse a medida que las condiciones lo permitan y la
cobertura de reservas se fortalezca”, decía el último comunicado del organismo
que dirige la búlgara Kristalina Georgieva.
.gif)


Redes