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Denunció a sus padres, tuvo éxito en el polo y su esperanza era en Brasil donde la muerte la encontró



Iara Nerea Reynoso, más conocida como “Pitu”, la joven de 30 años que murió este viernes en Pipa, al norte de Brasil, se había alejado de un oscuro pasado familiar y de un círculo al que había denunciado como “abusivo”.

Las circunstancias de su muerte son materia de investigación judicial. La hallaron con rastros de sangre en la boca.Tras la noticia de su muerte, sus amigos y conocidos la despidieron con mucha tristeza, sobre todo en el ambiente del polo, donde era muy querida.

La historia de “Pitu” en el poloAntes de irse a Brasil, “Pitu” era una joven muy querida en el ambiente del polo. Su pasión por los caballos había nacido desde que era muy pequeña, cuando estudiaba en el colegio de Educación Secundaria Agraria N° 1 Nicanor Ezeyza, de Coronel Vidal. En ese entonces había comprado una yegua propia y desde ese momento se volvió una devota de los caballos.

“No sabía ni montar. Empecé todos los días a hacerlo tres o cuatro veces seguidas hasta que un profesor me dijo para empezar a taquear. Ahí conocí el deporte (por el polo) y me apasionó. Es lo que quiero hacer”, contaba durante una entrevista radial con el programa “A trote y galope”, en diciembre de 2017.

En esa oportunidad, se encontraba promocionando un torneo Abierto de Polo Femenino, en el que participaba de la organización. Por los caballos también vivió algún tiempo en Tailandia, un país donde el deporte de reyes tiene un gran público.

En esa misma entrevista contaba: “Viajé a Tailandia para trabajar y tuve las mejores experiencias en mi vida. Vivía y dormía con caballos. Después volví y empecé a viajar para todos lados. Pude montar cientos de caballos distintos y eso me hizo aprender muchísimo”.

El conflicto de “Pitu” con sus “progenitores”Según pudo reconstruir Clarín, Iara vivía en un departamento de Pipa junto a una amiga. Se había mudado a Brasil en abril de este año como parte de un proceso en el que buscaba dejar atrás un pasado difícil, por el cual había decidido cortar lazos con sus familiares hace dos años. En 2021 había iniciado acciones legales contra sus padres.

“No es fácil poner en palabras una vida de constantes violencias, injusticias, maltratos y de poco amor. Ya hace tres meses que vivo en otro país, vine a encontrarme, a seguir recordando situaciones del pasado que había bloqueado para poder sanarlos y decidir qué es lo que realmente quiero para mi vida de ahora en adelante”, escribió en un posteo de Facebook de julio de este año.

Allí relata décadas de maltrato, que incluyeron explotación laboral, violencia física, psicológica, de género y económica. Incluso menciona una situación de abuso que habría sufrido en su infancia.

“Desde los 12 años de edad en adelante, fui explotada, trabajé para mis padres en las calles, semáforos, oficinas, etc. Hasta qué decidí abrirme de ese entorno de ambición; más allá de la condición económica que atravesamos hace 20 años atrás, era obligada a trabajar y luego darle lo recaudado a mi padre, caso contrario sufría violencia física y psicológica”, cuenta.

Según narra, desde los 18 trabajaba en negro con exigencias mayores y sueldo menor a otros hombres. Esa violencia se había vuelto natural, el ambiente en el que se manejaba. Con la pandemia, comenzó a hacer terapia y logró poder poner en palabras todo aquello que le pasaba por dentro.

“Quiero salir corriendo”, le dijo a su psicóloga en la primera sesión.Luego de poder comenzar el proceso de recuperación y sanación interna, había comenzado con la recuperación material. En la demanda a sus padres les reclamaba 16 años de trabajo en condiciones poco saludables. También había una denuncia penal con restricción de acercamiento contra “mis progenitores”, escribe en el extenso texto. A sus padres, siempre los denomina “progenitores”.

Su progenitor, junto a sus dos hermanos están viajando a Brasil para encargarse de las gestiones de sus restos, según pudo confirmar Clarín con Cancillería

“Sé que no es fácil para aquellos que nos conocen como ‘la familia buena y unida’ poder creer todo esto pero ni yo era consciente de la normalización de violencia con la que crecí, con tantas mentiras y manipulaciones a lo largo de la vida”, remarca.Las denuncias y el alejamiento hicieron que corte vínculos con familiares y amigos, que le pedían un manto de silencio sobre la historia que estaba empezando a destapar. No quiso negociarlo. Privilegió “cortar con la cadena de secretos” y “sanar sus heridas”.

“Contar la verdad libera. Jamás nos conformemos con menos amor del que merecemos”, cerraba esa carta final.Los mensajes que despiden a “Pitu”En grupos de Facebook que compartían la noticia los comentarios la recordaban con muchísima tristeza: “Descansá en paz, Pitu querida. Una enorme sonrisa se apaga en el polo. Siempre te vamos a recordar con tu enorme sonrisa”, publicó el sitio especializado Prensa Polo.

“Que en paz descanse, una vez que había conseguido liberarse le pasa esto?”, escribió otra amiga.


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